Quien fuera uno de los hombres más poderosos en el negocio de los clubes nocturnos, Marco Cámara (dueño del demolido bar Katanas), dijo que ahora se dedica a la venta de sándwiches y estudia carpintería en la cárcel de San Pedro; alegó que por las ventas gana entre Bs 80 y 100 diarios, dinero que le ayuda a mantenerse luego de que su hija, Nohemy Cámara, le despojó de todos sus bienes.
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