Durante las protestas se registró algunos enfrentamientos, principalmente en Tel Aviv, en medio de los intentos de los participantes de bloquear carreteras para alterar el tráfico, lo que llevó a agentes montados a caballo, a intervenir para intentar desbloquear estas zonas.
En este contexto, por ahora se registraron algunos bloqueos en carreteras que llevan a Jerusalén, Haifa y Tel Aviv, en el marco de unas manifestaciones que se suceden desde hace meses contra la legislación que intenta sacar adelante el Gobierno de Benjamin Netanyahu, integrado por varios partidos ultraderechistas y ultraortodoxos.
Asimismo, grupos de manifestantes empezaron a concentrarse en el Aeropuerto de Ben Gurión para otra protesta y, a pesar de que las autoridades no permitirán que esta actividad tenga lugar en la principal terminal, que se están dirigiendo hacia esta zona, según informaron medios.
El jefe de la Policía de Israel, Kobi Shabtai, se desplazó al lugar para supervisar los preparativos de los agentes y recalcó que los manifestantes «tienen derecho a protestar» en una zona concreta de las instalaciones. «Usaremos la fuerza contra cualquiera que use la fuerza contra la Policía», advirtió.
Por su parte, el líder del partido Unidad Nacional, Benjamin Gantz, se desplazó a la manifestación en la calle Kaplan de Tel Aviv para expresar su apoyo a los congregados en rechazo del proyecto de reforma, muy criticado por parte del exministro de Defensa.
«Están preocupados por el país y, ante esta preocupación, encabezan esta lucha. Les pido que sigan en esta dirección. Finalmente, las protestas bloquearán este golpe de Estado judicial», dijo, antes de pedir a los policías que minimicen el uso de la fuerza contra los manifestantes. «No somos enemigos», afirmó.
La Knesset aprobó durante la madrugada de ayer en primera lectura una cláusula de la reforma que anula la denominada ‹ley de razonabilidad›, lo que impediría que los tribunales usen este argumento para invalidar las decisiones tomadas por el Ejecutivo o por funcionarios electos.
Los legisladores aprobaron la medida con 64 votos frente a 56, mostrándose todos los miembros de la coalición gobernante a favor de la medida, mientras que la parte contraria se posicionó por completo en contra, coreando ‹vergüenza› en la cámara, después del colapso de las conversaciones entre el Gobierno y la oposición para consensuar un proyecto de reforma aceptable para todas las partes.
Los críticos con la reforma judicial argumentan que se trata de un ataque al equilibrio de poderes de Israel, fundamentalmente a las bases en las que se asienta la democracia, ya que concede al Parlamento una influencia inusitada para revocar decisiones judiciales. (Europa Press).