Paraguay comenzó ayer la cuenta regresiva para elegir el domingo próximo a su nuevo presidente, inmerso en una campaña austera y de poca movilización ciudadana, en la que el economista Santiago Peña busca mantener en el Gobierno al histórico Partido Colorado frente a una coalición de oposición encabezada por el liberal Efraín Alegre.
Ocho días antes de la jornada comicial, el ambiente es de relativa normalidad y sin pronósticos claros acerca del posible desenlace en las urnas, de las que saldrá el sucesor del actual gobernante, Mario Abdo Benítez.
Algunas encuestas que circulan en las redes sociales apuntan a un empate técnico entre Alegre y Peña. El último sondeo de Atlas, por ejemplo, ubica primero a Efraín Alegre con 38 % y segundo a Santiago Peña, que tendría 36 %.
En la pugna por la Presidencia también se destacan el polémico abogado y exsenador Paraguayo Cubas, ubicado tercero por algunos sondeos, así como el excanciller Euclides Acevedo y el exportero de fútbol José Luis Chilavert.
FONDOS DE CAMPAÑA, UNA PREOCUPACIÓN
El ambiente en Asunción, la capital del país, es de escasa actividad proselitista pese a que quedan por delante cuatro días para que concluya el plazo oficial para la difusión de la propaganda en vías y espacios públicos, así como en los medios de comunicación.
A diferencia de las elecciones primarias de diciembre pasado, en las que estuvo en el centro de la atención pública y fue elegido presidente del
Partido Colorado o la también llamada Asociación Nacional Republicana (ANR), Cartes optó en las últimas semanas por un bajo perfil.
El Partido Colorado, que gobernó Paraguay en los últimos 70 años con excepción del mandato del exobispo Fernando Lugo (2008-2012), debió echar mano de opciones jurídicas para financiar lo que resta de la contienda electoral.
La ANR solicitó días atrás al Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) que transfiera a un banco al término de estos comicios y de los procesos previstos por la ley parte de los fondos que prevé recibir por concepto de subsidio electoral y del aporte del Estado a las agrupaciones políticas.
PROPUESTAS EN SEGUNDO PLANO
A la escasa promoción de los partidos se sumó la cancelación del tradicional debate entre los dos primeros aspirantes a la Presidencia. Los organizadores desistieron de su realización luego de que Peña pusiera como condición para participar que se invitara a otros de sus rivales y no solo a Alegre, como estaba planteado originalmente el formato de discusión.
Los candidatos esbozaron hasta ahora propuestas en asuntos específicos: Peña prometió 500.000 nuevos empleos y programas como chau chespi (crac), para reducir el consumo de drogas y promover la rehabilitación, o para adquirir casa propia mediante préstamos flexibles a precios de alquiler o la construcción de viviendas sociales.
Alegre anunció en días pasados los nombres de quienes conformarían su gabinete de Gobierno, en su mayoría procedentes de distintos sectores políticos, incluido el colorado. De igual forma propuso el acceso gratuito a medicamentos, ampliar la cobertura a internet y una política de participación y protección de las mujeres. (Infobae).