Dentro de las consecuencias inmediatas que se pueden dar está la paralización de las exportaciones, “hablamos de carne, leche, manufacturas y principalmente, internamente, el movimiento de animales”, apuntó el jefe veterinario de esta institución, Guerin Sensano.
Ante una emergencia, para evitar la diseminación de la enfermedad, se debe parar el movimiento animal lo que afectaría también a los centros de concentración que mueven cerca de 331 mil cabezas anualmente, solo en Santa Cruz, a ferias y centros de remate. “Más el tema de exportación, calculamos en un año todo ese movimiento de 300 millones de dólares”, indicó.
El Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) ratificó el martes el cese de vacunación contra la fiebre aftosa en Bolivia y aseguró que no existe la circulación del virus en el país, por lo que se debe seguir con los establecido en el Programa Nacional de Erradicación de la enfermedad, según explicó el director ejecutivo de la entidad, Javier Ernesto Suárez.
Esta situación es rechazada desde el sector ganadero que apunta que, ante la posibilidad de que se genere un brote, se puede tardar meses en poder controlarla y que esto dependerá de las capacidades del sistema sanitario. “Estamos hablando, que en solo tres meses, se tendría 85 millones de dólares por posibles pérdidas por parar todo este sistema comercial”, remarcó Sensano de Fegasacruz.
Para el jefe veterinario de esta institución, Guerin Sensano, otorgar recursos para la sanidad no es un ahorro, sino es una inversión porque así se debe tomar la protección de animales con la vacunación. “No nos olvidemos que Santa Cruz es el departamento con la población ganadera más grande, es el 50% de la población ganadera que dejará de vacunar”, puntualizó. (Santa Cruz, con datos de Unitel)