Tras un análisis sobre el sector hidrocarburífero, evento organizado por la Fundación Jubileo, trae a colación algunas conclusiones que muestran que Bolivia no está en su mejor momento como proveedor de gas, los expertos señalan que el país sin mercados no es atractivo, la importación del energético sería para el 2030, de no revertirse la actual situación.
El pasado lunes, expertos en el tema hidrocaburífero como el exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos y el analista Raúl Velásquez de la Fundación Jubileo expusieron los pros y contras de la nacionalización, así como de la política hidrocarburífera, que no colmó las expectativas.
Por ejemplo @RaulVelag, analista de @JubileoBolivia, advierte que, a mediano plazo, Bolivia podría convertirse en importador de #gas natural. En abril de 2022 Bolivia ya registró déficit en la balanza comercial de hidrocarburos, al convertirse en comprador y no tanto en exportador.
Jubileo señala que las perspectivas a corto plazo por la mala gestión de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) son: la declinación de campos, menores ingresos por exportación de gas natural, baja actividad exploratoria por situación económica, actividad de prospección sólo por parte de la estatal petrolera, así como un aumento de la importación de diésel y gasolina, entre otros.
En caso de las perspectivas de largo plazo se señala que se debe implementar ajustes económicos estructurales, política de transición energética, nueva política energética: Ley de hidrocarburos y Ley de Electricidad, disminuir la subvención a los hidrocarburos, gestión de mercados para el gas y recuperar la calidad de país exportador neto de hidrocarburos.
Jubileo plantea una nueva política sectorial, en lo que respecta a mercados, con una nueva política de precios para el mercado interno, infraestructura para el transporte, así como a los potenciales centros de consumo, como Brasil, Chile y Paraguay, y pensar en un proyecto de LNG.
Pero no sólo señala los mercados como prioridad, sino que plantea varias alternativas en el uso de la renta, en el régimen fiscal, en los contratos de exploración y explotación, en la transparencia y acceso a información, en lo que hace a la institucionalidad, el entorno de negocios y otros.
Lo que queda claro es trabajar en la gestión de mercados para la provisión de gas natural, según la Fundación Jubileo.
Hace muchos años atrás, el analista del sector, Mauricio Medinaceli, ya lo había indicado, que a falta de certificación de reservas, los contratos que Bolivia logre con compradores internacionales, ya no serán como lo que se hizo con el Brasil, de largo plazo, sino de cortos periodos.
Explicó en esa ocasión, que los compradores requieren garantía de provisión y las reservas, así como la producción, hablan por sí solas, pero el país está enfrentando una situación adversa desde el 2015.
BOLIVIA: Importador
Ahora el experto en hidrocarburos @alvaroriosroca sostiene que sin mercados no habrá inversión en el sector y el país ya no es considerado como un productor en el escenario internacional. Estima que hasta 2030, Bolivia será importador pleno de hidrocarburos.
El país pasó de ser exportador a importador de #hidrocarburos. El 2014, la balanza comercial (exportaciones vs importaciones) era favorable para el país con más de $us 5.400 millones. El año 2022, la balanza fue negativa con más de $us 1.200 millones, señala @JubileoBolivia.
La Fundación Jubileo es clara en señalar que las propuestas del gobierno para mejorar el sector de hidrocarburos se aplicaron desde el 2010, sin resultados positivos, y las calificó como intentos de «parchar» la situación del sector.
A pesar de que el ministro de Hidrocarburos y Energía, Franklin Molina, anunció que se debe avanzar en una nueva Ley de Hidrocarburos, algunas autoridades del sector hacen un trabajo aislado de la propuesta, y van por la vía opuesta.
Como se recordará la Ley de Hidrocarburos fue aprobada en 2005 en el marco de la antigua Constitución, pero a partir de 2009 rige una nueva normativa, por lo que los expertos plantearon que se acomode a la nueva realidad o que se elabore una nueva, y dentro de ella se incluya todas las propuestas, como incentivos a inversiones privadas o alianzas público privadas, pero lo cierto es que cada sector realiza su trabajo por su lado.