Biden tomó esta decisión a petición del Departamento de Seguridad Interior para reforzar la seguridad en la frontera con México de forma provisional durante un periodo de 90 días. Estos nuevos 1.500 efectivos se suman a los 2.500 militares que están ya desplegados en la frontera para apoyar a las fuerzas fronterizas.
Estos militares serán de las Fuerzas Armadas y no de la Guardia Nacional y no estarán armados. Podrán hacer uso de la fuerza o realizar detenciones, pero siempre en apoyo a la Patrulla Fronteriza y en cumplimiento con la Ley Posse Comitatus que impide a fuerzas militares servir como fuerzas de seguridad dentro de las fronteras de Estados Unidos.
Además, destaca que el departamento de Aduanas y Protección de Fronteras está “invirtiendo en tecnología y personal para reducir en los próximos años su necesidad de apoyo”.
El Departamento de Interior recuerda que el Departamento de Defensa lleva desde 2006 apoyando las labores de vigilancia de fronteras. En el mandato de Donald Trump llegaron a ser más de 5.000 los efectivos militares enviados como refuerzo. (Europa Press).