El crecimiento estimado por el Banco Mundial para Bolivia en abril de la presente gestión fue de 2,7%, pero ahora nuevamente baja a 2,5%, así como para el 2024 y 2025, que proyecta sólo 2%. La desaceleración de la economía es evidente, a pesar de los anuncios del Gobierno.
En enero, la entidad internacional proyectó para el país un crecimiento de 3,1% para la presente gestión, en sus perspectivas económicas, pero en abril bajó la estimación a 2,7%, ahora nuevamente la cifra disminuye a 2,5%, según la edición más reciente del informe Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial.
En opinión del presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, sería el reflejo de lo que pasa en el país con la escasez de dólares en el mercado nacional, a pesar de que el Banco Central de Bolivia (BCB) señala que la venta se normalizó.
“Claro, sin dólares no hay crecimiento económico”, señaló y además, en otra oportunidad, indicó que la inflación no cederá en el país, pues el tema de los dólares puso en evidencia la frágil estructura de la economía nacional.
La escasez de dólares se mantiene en el mercado nacional, a pesar de lo que diga el BCB, pues las fuertes cantidades que requieren importadores, son cubiertos con mayor plazo de tiempo, por lo que deben acudir a un mercado paralelo, que fue creado por el ente emisor al fijar un valor para los exportadores de 6,95 por divisa estadounidense.
De acuerdo a información del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un aumento en mayo a 0,57%, el director de la entidad estatal, Humberto Arandia, dijo que obedeció a un aumento del valor del pollo y el huevo, pero también se observó una disminución en el precio de la papa; pero las amas de casa señalan que no significativamente.
El gobierno tiene un falso optimismo, y más confiable es el dato del Banco Mundial, en opinión de Romero, que el pasado fin de semana presentó información sobre la economía nacional con cuadros estadísticos.
Pero no sólo Bolivia reducirá su crecimiento sino toda la región de América Latina, pues el Banco prevé que se reducirá al 1,5 % en 2023 y luego se recuperará hasta alcanzar el 2 % en 2024, cosa que no pasa con la economía nacional, pues en vez de subir se reduce más.
Según las proyecciones, el crecimiento en la región de América Latina y el Caribe se desacelerará aún más en 2023 hasta un 1,5 %. Se prevé que el escaso crecimiento en las economías avanzadas incidirá en la demanda de exportaciones, mientras que es probable que las políticas monetarias restrictivas, se sigan aplicando en esas economías y la inflación interna persistentemente alta impidan cualquier mejora sustancial de las condiciones financieras a corto plazo.
Se prevé que el crecimiento de Brasil se desacelerará al 1,2 % en 2023, con un ligero aumento al 1,4 % en 2024. Según las proyecciones, la tasa de crecimiento de México será moderada, del 2,5 % (en 2023) y que seguirá creciendo un 1,9 % en 2024. Según las proyecciones, en 2023 la producción de Argentina caerá a -2 % y en 2024 crecerá un 2,3 %, a medida que la economía se recupere de la grave sequía que ha afectado su producción agrícola este año.
Se prevé que el crecimiento de Colombia se reducirá al 1,7 % en 2023, con un aumento al 2 % en 2024. Es probable que Chile experimente una contracción del 0,4 % en 2023 y del 1,8 % en 2024. Las perspectivas de crecimiento en Perú son de un 2,2 % en 2023, con un ligero aumento al 2,6 % en 2024.
Riesgos
Las perspectivas están expuestas a varios riesgos de deterioro. Debido a la inflación persistente en las economías avanzadas, es posible que sus bancos centrales deban mantener políticas monetarias más restrictivas que las supuestas al principio. En especial, puede ocurrir que las monedas de la región de América Latina y el Caribe se deprecien con respecto a las demás economías avanzadas, lo que aumentaría los costos del servicio de la deuda e incrementaría aún más la inflación local.
Además, existe el riesgo de que el sector inmobiliario de China se debilite todavía más, lo que afectaría los precios de los metales (principalmente, del cobre y del hierro) y representaría un riesgo de deterioro para Brasil, Chile y Perú. Por último, el cambio climático sigue planteando riesgos para la región. Por ejemplo, las sequías en la Argentina o las excesivas precipitaciones en Colombia podrían aumentar nuevamente las probabilidades de que se experimenten los fenómenos extremos de “La Niña” o “El Niño”.
BCB
Mientras, un comunicado de la entidad emisora señala que el Banco Central de Bolivia (BCB), con la implementación de un conjunto de medidas de política monetaria y desembolsos a casas de cambio, así como la venta directa al público, se viene regularizando la provisión de dólares estadounidenses y de satisfacer la demanda de la economía.
Como se recordará, el BCB adoptó medidas de política monetaria y administrativas, como: i) la modificación del Reglamento de Encaje Legal en dólares, con la que los bancos del sistema financiero llegaron a disponer de aproximadamente 254 millones de dólares; ii) el expendio de dólares a las casas de cambio a través del Banco Unión S.A., por 10 millones; y iii) desembolsos a los bancos del sistema financiero, en coordinación con la Asociación de Banco Privados de Bolivia (Asoban), que permitió la asignación, desde febrero de este año, de 252 millones.