«En caso de cualquier ataque nuclear de Corea del Norte contra la alianza Corea del Sur-Estados Unidos, se enfrentará a una respuesta inmediata, abrumadora y decisiva de la alianza», señaló el Ministerio de Defensa, quien ha subrayado que cualquier agresión significará «el fin del régimen» de Pyongyang.
La llegada el martes a Corea del Sur de un submarino nuclear estadounidense no ha sido del agrado de Pyongyang, que el jueves advirtió de que esto podría desencadenar la «peor crisis» nuclear hasta el momento y acusó a Washington de estar cometiendo un «flagrante chantaje nuclear».
Sin embargo, Seúl ha defendido que se trata de una medida defensiva «legítima» debido a las numerosas amenazas que continuamente llegan de su vecino del Norte, a quien ha recordado sus «claras» violaciones de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, según la agencia Yonhap.
«Corea del Norte nunca obtendrá ninguna concesión por parte de la alianza Corea del Sur-Estados Unidos mientras continúe amenazando y desarrollando su programa nuclear», apunta Seúl, que insta a Pyongyang a reconocer que si sigue manteniendo esta postura «su aislamiento y miseria» se profundizará.
Las tensiones en la península de Corea no han parado de aumentar de manera considerable en los últimos tiempos. El pasado 12 de julio, Pyongyang disparó un misil balístico intercontinental y más recientemente, esta semana, han sido dos los misiles balísticos de corto alcance que ha lanzado.
A esto se suma el caso del soldado estadounidense Travis King, desplegado en Corea del Sur, quien cruzó esta semana de manera voluntaria y sin autorización alguna la frontera, por lo que ha sido detenido y nada más se sabe.