La Justicia rusa definió que el reportero de The Wall Street Journal permanezca tras las rejas hasta el 30 de noviembre, en tanto avanza la investigación en la que se lo acusa de espionaje.
Gershkovich fue detenido en marzo durante un viaje de trabajo a la ciudad de Ekaterimburgo, a unos 2.000 kilómetros de Moscú. Desde entonces, los magistrados estuvieron prorrogando su detención, que finalizaba el 30 de agosto.
Todas estas instancias fueron apeladas también por la defensa y rechazadas por la Justicia. La última data del pasado 22 de julio, cuando el Tribunal de Moscú negó el segundo intento de los abogados de levantar la medida cautelar.
Se trata del primer periodista estadounidense detenido en Rusia por este motivo desde la época soviética.
Puntualmente, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia denunció que, siguiendo instrucciones de la parte estadounidense, recopiló información que constituye un secreto de Estado.
A la espera de una definición de la cual no se esperaban, igualmente, resultados positivos, Gershkovich fue llevado desde el penal en el que se encuentra recluido hasta el tribunal del distrito moscovita de Lefortovo para una nueva audiencia.
Llegó en una camioneta blanca, esposado y vestido con jeans, zapatillas deportivas y una camisa. Allí aguardaban reporteros que esperaban poder ingresar a la sala y presenciar el encuentro, que no les fue permitido ya que se trata de un caso penal cuyos detalles son confidenciales.
En tanto, diez días antes, el 14 de agosto, la embajadora de Estados Unidos en Rusia visitó por tercera vez a Gershkovich en el penal.
«La embajadora Lynne Tracy dijo que Evan sigue pareciendo gozar de buena salud y se mantiene fuerte, a pesar de las circunstancias», indicó tras el encuentro un portavoz del Departamento de Estado estadounidense y reiteró que una vez más, Estados Unidos pide a la Federación de Rusia que libere de inmediato a Evan Gershkovich. (Infobae/Ap).