Se trata de factorías de mediana categoría que se encargarán de la extracción de minerales complejos: en el proyecto Mesa de Plata, en Potosí, y en el yacimiento de Negrillo, en Oruro.
“Ambos yacimientos cuentan con complejos de plomo, zinc y plata”, aseguró Quispe a la revista de la Cámara de Exportadores de Cochabamba (Cadex).
De acuerdo con el titular de la Comibol, en ambos proyectos se invertirán 150 millones de dólares y generarán unas 500 fuentes de empleo.
Si bien la cotización de algunos minerales fue en descenso en el último tiempo, Quispe confía en una mejora sustancial en los próximos meses y años por la tendencia global de ir sustituyendo el petróleo por elementos menos contaminantes.
“Los yacimientos de petróleo en el mundo están prácticamente en etapa de extinción y están siendo remplazados por energías limpias”, explicó.
Entonces – continuó Quispe – a futuro los países “van a sobrevivir con la generación de metales que tienen un mercado asegurado en la industria y van a estar siempre vigentes”.
En ese contexto, Quispe ratificó la decisión del Gobierno nacional de emplazar dos refinerías de zinc en Potosí y Oruro que procesarán los minerales explotados en los yacimientos ubicados en ambas regiones con el fin de recuperar metales agregados como indio y galio.
En cada refinería se invertirán 350 millones de dólares.
En el caso de la factoría que estará en Oruro se proyecta la refinación de 65.000 toneladas (t) de zinc metálico al año con el mineral proveniente de la Empresa Minera Colquiri (EMC), cooperativas y minas como Bolívar y Porco.
Mientras que la de Potosí utilizaría procesos de tostación, lixiviación y electrólisis. Tendrá capacidad de tratamiento de 150.000 toneladas métricas (TM) de concentrados por año y producirá 64.800 TM finas de zinc metálico, 224 TM finas de cadmio metálico, 511 TM finas de indio metálico y 132.000 toneladas de ácido sulfúrico.