Pero no sólo Dunn se refirió a la aparente inflación baja, sino que también, en su momento, el economista y ex director del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza, cuando indicó que el control y la reducción de las ganancias de los productores, sumado a los subsidios y el contrabando, frenan el alza.
O sea no sólo es el gasto del gobierno sino tiene que ver el costo que implica precios bajos para los productores pues no pueden cubrir la inversión que hacen con los precios que fijan las autoridades.
A pesar de todo, las amas de casa y la ciudadanía en general percibe que los precios subieron de todos los productos, como el huevo o a carne de pollo, pero también algunas verduras, sin que las autoridades puedan hacer algo.
Ante la escasez de alimentos y un elevado precio, pretenden detener el incremento y aumentar la oferta con ferias, y fijar el valor a un precio justo, cosa que no existe según los economistas, pues el mismo lo define el libre mercado, ya que se ajusta por precio o cantidad.
FAO
De acuerdo a una nota de prensa de la agencia estatal ABI, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señala que con una tasa del 2,2% a septiembre de 2022, Bolivia es el país con la menor inflación de alimentos en Latinoamérica.
De acuerdo con los datos de ese organismo internacional, a esa fecha, Venezuela con 110,4% y Argentina con 86,6% son los países con la inflación más alta en Latinoamérica, seguido de Haití con 32,8%, Colombia 26,6%, Chile 21,9%, Costa Rica 21,8%, Nicaragua 17,1%, Honduras 16,2%.
Además de México con 14,5%, Perú con 13,7%, El Salvador con 13,5%, Paraguay 13,5%, Uruguay 13,3%, Guatemala 13,1%, Brasil 12,6%, República Dominicana 10,2%, Puerto Rico con 8,5%.
Por el contrario, los tres países con la menor inflación para la misma fecha son Bolivia con 2,2%, Panamá con 5% y Ecuador con 7,1%.