El sector de la construcción en el primer semestre de 2022 alcanzó un crecimiento de 6,1%; sin embargo, en el segundo período disminuyó su dinamismo debido a la caída de la inversión pública y problemas sociales en el país, por tanto, arrastran la falta de pago de planillas, de acuerdo a una evaluación de la Cámara Departamental de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), presentada por el gerente General de la entidad, Javier Arza Justiniano.
En la evaluación de la construcción en Bolivia gestión 2022 y perspectivas para el 2023, se señala que Durante el 2022 el sector constructor sumó esfuerzos e hizo gestiones para superar la crisis y recuperar niveles de crecimiento, principalmente por los emprendimientos del sector privado.
Por ello en el primer semestre de la gestión 2022, de acuerdo a los datos oficiales más actualizados del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Producto Interno Bruto (PIB) de la construcción alcanzó un crecimiento del 6,1% en comparación con similar periodo del 2021.
Pero los análisis del Centro de Estudios Económico y Desarrollo (CEED) de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), en base a las estadísticas oficiales, muestran un decrecimiento de la actividad entre el segundo semestre del año pasado y los primeros seis meses del 2022, se prevé cerrar la gestión con un indicador del 3%, considerando las estadísticas anuales y la proyección basada en la información oficial actualizada disponible.
También señala que entre los indicadores que evidencian la realidad de la industria de la construcción en Bolivia se encuentran los permisos de construcción. Las estadísticas oficiales señalan que entre enero y septiembre de esta gestión se registraron 4.038 permisos de construcción a nivel nacional, reflejando un decrecimiento acumulado de 1,94%, respecto a similar período del 2021.
Respecto a la producción de cemento, aumentó un 12,43% entre enero y agosto del año pasado y el mismo período del 2022. En el mismo período de tiempo, las ventas de cemento registraron una variación positiva acumulada de 6,10%. En valores absolutos, es decir en miles de toneladas métricas, el incremento fue de 2.288 a 2.427.
La progresiva reactivación se refleja igualmente en la generación de fuentes de empleo en zonas urbanas del territorio nacional. Durante el tercer trimestre de la presente gestión, la población ocupada en la construcción llegó a un total de 372.772 personas, reflejando un crecimiento del 6,10%, respecto al segundo trimestre de este año.
A la fecha, el INE no ha difundido información del último período de esta gestión, sin embargo, los análisis sistematizados del CEED de CADECOCRUZ, nos permiten proyectar para la construcción un crecimiento que bordee el 3%.
Problemas
Pero también el análisis presenta los problemas que encara el sector y que arrastra hace varios años, como la falta de pago de entidades públicas a las empresas constructoras por planillas de avance de obras, lo que generó serios problemas de liquidez
También la reducción de obras nuevas de infraestructura. Este año suman 506 los proyectos de inversión que están programados en el presupuesto aprobado para las gobernaciones, 73 menos que en la gestión 2021. En proporción, el monto de inversión pública registra una disminución. El destino de la inversión de las gobernaciones prioriza el sector caminos con 45%, seguido de agropecuario con 18% y fortalecimiento institucional con 12%.
La reducción de la inversión pública ralentiza el crecimiento. La gestión 2022 se aprobó un monto de 5.015 millones de dólares para inversión pública, de los cuales 29,9% se destinaron al sector de Infraestructura.
Para el 2023 el monto programado de inversión pública 2023 en el Presupuesto General del Estado es de 4.006 millones de dólares, es decir 1.009 millones de dólares o 20,11% menos respecto al 2022. A este factor se suma la baja ejecución presupuestaria promedio.
Otro freno al crecimiento real del sector es la adjudicación de obras a empresas extranjeras. En Bolivia desde hace varios años se ha incrementado significativamente la contratación de empresas extranjeras. Se estima que la última década, el 77,5% de las obras de infraestructura licitadas por entidades del gobierno central, se adjudicó a empresas extranjeras y únicamente el 22,5 % a empresas constructoras bolivianas.
Los últimos 10 años, el gobierno adjudicó al menos 83 obras públicas que sumaron más de 22.572 millones de bolivianos. La Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), Ministerio de Obras Públicas Servicios y Viviendas (MOPSV), la Agencia de Infraestructura en Salud y Equipamiento (AISEM), fueron las entidades contratantes.
En Cadecocruz sostenemos que, para alcanzar el crecimiento real de la construcción, se debe priorizar la contratación de empresas bolivianas, lo que incidirá en la dinamización de la economía y la generación de empleo, señala Arze.
Los conflictos sociales en el mes de noviembre también han ocasionado grandes pérdidas en el sector y problemas con la entrega de obras en el tiempo establecido.
Medidas para crecer
Plantean una serie de medida para que el sector vaya por la senda del crecimiento, entre ellas están: Priorizar la contratación de empresas nacionales sobre empresas extranjeras, para afrontar una reactivación económica real del sector, de modo que se observe el efecto multiplicador en la economía; promulgar una Ley de Contrataciones que reemplace al DS 181 vigente, que se presta a manejos discrecionales; priorizar la cancelación de deudas con las empresas constructoras por cobrar a diferentes entidades del Estado, municipios y gobernaciones; plantean el reconocimiento de la planilla de avance de obra como documento transable en el sistema financiero, lo que facilitaría liquidez y flujo a las empresas constructoras; además, brindar seguridad jurídica y respeto a la propiedad privada para atraer capital extranjero.
Asimismo, Arze destaca la fortaleza del sector para generar fuentes de empleo masivo, debido a que la construcción requiere de una variedad de mano de obra, al igual que de personal con formación técnica y profesional.
La industria de la construcción está directamente integrada con otros 17 sectores productivos de la economía, principalmente con las compañías de cemento, de ladrillos y de una variedad de equipos e insumos, lo cual dinamiza el sector en beneficio de la economía.
Las empresas constructoras bolivianas tienen experiencia y capacidad en diferentes especialidades, están calificadas para ejecutar cualquier tipo de obra en infraestructura, tanto pública como privada.
La construcción sostenible certificada ya es una realidad en el país con el programa de certificación Edge que lidera Cadecocruz, misma que va tomando fuerza con el apoyo de organismos internacionales como el Programa de Nacionales Unidas para el Desarrollo (PNUD) junto a la Embajada Británica, empresas de trayectoria internacional, instituciones colegiadas y académicas del país.
Proyecciones para el 2023
La proyección del PIB real del sector de la construcción para el 2023 apunta a que se mantendrá la tendencia de la gestión 2022 con una tasa de crecimiento del 3%.
Es importante considerar que, para alcanzar un crecimiento sostenible, a los esfuerzos y emprendimientos del sector privado, debe sumarse la inversión pública en infraestructura y en proyectos de gran impacto en toda la cadena de actividades económicas vinculadas a la industria de la construcción, señala el Gerente General de Cadecocruz.
El monto programado de inversión pública 2023 en el Presupuesto General del Estado es de 4.006 millones de dólares, monto que representa una disminución de 1.009 millones (20,11%) con relación al 2022 que fue 5.015 millones.
Las cifras de inversión pública están distribuidas sectorialmente de la siguiente forma: sector productivo, decrece un 21,51%; social, crece un 18,79%; infraestructura, decrece 35,98% y multisectorial, decrece 33,20%. Los proyectos de inversión social crecen a costa de la disminución de los proyectos de los demás sectores. A esto se debe agregar que, históricamente, la ejecución presupuestaria promedio anual, bordea el 65%.