Se espera que las remesas hacia Ucrania, el mayor receptor de Europa y Asia central, aumenten más del 20 % en 2022. Sin embargo, los flujos de remesas a muchos países de Asia central, cuya fuente principal es Rusia, caerán de manera drástica. Estas disminuciones, combinadas con el aumento en los precios de los alimentos, los fertilizantes y el petróleo, pueden generar un incremento en el riesgo para la seguridad alimentaria y exacerbar la pobreza en muchos de estos países.
“La invasión rusa de Ucrania desató una crisis humanitaria, de migración y de refugiados a gran escala y generó riesgos para una economía mundial que aún lidia con los efectos de la pandemia de covid-19”, dijo el director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial, Michal Rutkowski.
“La prioridad más importante para proteger a las personas contra la amenaza de la inseguridad alimentaria y el aumento de la pobreza consiste en fomentar los programas de protección social tendientes a proteger a los más vulnerables, como los ucranianos y las familias de Asia central, y también a la población afectada por el impacto económico de la guerra”.
Durante 2021, los flujos de remesas mostraron un marcado incremento en América Latina y el Caribe (25,3 %), África subsahariana (14,1 %), Europa y Asia central (7,8 %), Oriente Medio y Norte de África (7,6 %) y Asia meridional (6,9 %).
Los flujos de remesas hacia América Latina y el Caribe aumentaron a 131.000 millones de dólares en 2021, lo cual representa un incremento del 25,3 % con respecto a 2020, a causa de la fuerte recuperación del empleo de los trabajadores extranjeros en Estados Unidos.
Las remesas con destino a Asia oriental y el Pacífico disminuyeron un 3,3 %, aunque si se excluye a China, registraron un aumento del 2,5 %. Sin incluir a China, los flujos de remesas constituyen la principal fuente de financiamiento externo de los países de ingreso bajo y mediano desde 2015.
Los cinco países que más remesas recibieron en 2021 fueron India, México (que reemplaza a China), China, Filipinas y Egipto. Entre las economías donde los flujos de remesas representan un gran porcentaje del PIB se encuentran el Líbano (54 %), Tayikistán (34 %), República Kirguisa (33 %) y Samoa (32 %).
“Por un lado, la crisis de Ucrania desvió la atención política mundial de otras regiones en desarrollo y de la migración económica. Por otro lado, reforzó los argumentos en apoyo a las comunidades de destino que experimentan una gran afluencia de inmigrantes”, señaló el autor principal del informe sobre migración y remesas y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD), Dilip Ratha.
Costo de envío
A nivel mundial, el costo medio para enviar 200 dólares se situó en un 6 % en el cuarto trimestre de 2021, lo cual representa más del doble del 3 %, la meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según la base de datos sobre los precios de las remesas en el mundo que mantiene el Banco. La región más barata a la que enviar dinero es Asia meridional (4,3 %), en tanto que la más costosa es África subsahariana (7,8 %).
“La reducción de las comisiones por el envío de remesas en dos puntos porcentuales generaría posiblemente USD 12.000 millones en ahorros anuales para los migrantes internacionales provenientes de los países de ingreso bajo y mediano, y USD 400 millones para los migrantes y refugiados de Ucrania”, agregó Ratha. “Sin embargo, es probable que los sistemas de pago transfronterizos se vuelvan multipolares y menos interoperables, lo que desaceleraría los avances en materia de reducción de las comisiones por el envío de remesas”.