El Territorio Indígena Mojeño Ignaciano (TIMI) y el Territorio Indígena Movima, ambos en Beni, recibieron el viernes del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) seis títulos de propiedad que anexan seis predios a estos territorios.
Las áreas fueron demandadas, incluso, desde la Primera Marcha Indígena por el Territorio y la Dignidad, de 1990. La devolución de estas áreas es considerada por los indígenas como un hito histórico, debido a que estos espacios forman parte de los territorios que ancestralmente ocuparon.
“Esto no viene gracias al Presidente, sino es una lucha de los dirigentes que han pasado y los que estamos dando continuidad para poder tener estos títulos, porque de verdad nosotros, los pueblos indígenas los necesitamos, necesitamos vivir bien (…) el pueblo se caracteriza por ser parte del bosque, convivimos con la naturaleza y es por eso que luchamos para conseguir este título”, expresó el presidente del TIMI, Hilario Jiménez Caity, al Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas de Bolivia (ODPIB) dependiente del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS).
Los seis predios alcanzan una extensión aproximada de 25 mil hectáreas; cinco de ellos se anexaron al TIMI y uno al territorio Movima.
En el caso del TIMI, algunas de estas áreas fueron demandadas por la Subcentral Indígena del territorio desde 1998; mientras que en el caso del pueblo Movima, el área anexada corresponde a la ex concesión forestal Yureidini, que forma parte del Bosque de Chimanes, y que fue reconocida como propiedad de los indígenas en el Decreto Supremo 22611 expedido en 1990, luego de la primera marcha indígena. (Cejis).