La presión tributaria en el país se profundizó en los últimos años, ya que no solo es cuantitativa, es decir, a través del cobro de impuestos y multas, sino también cualitativa, que se refiere a la burocracia y a la normativa emitida por la entidad estatal, y que la recaudación va no solo a obras sino al pago de los empleados públicos, que pasaron el medio millón de personas, según economistas.
La presión impositiva en Bolivia respecto del Producto Interno Bruto (PIB) alcanza cerca de 34 %, considerando los conceptos de Renta, IVA, Contribución a la Seguridad Social y otros, señala la carta informativa de la Cámara Nacional de Industrias (CNI) Nro 53 de 2018.
Mientras en octubre de 2019, el presidente del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), Mario Cazón, informó que la presión tributaria en Bolivia llega a solo al 17,7 % (incluidos los impuestos que recauda la Aduana Nacional) del Producto Interno Bruto (PIB).
La situación se podría complicar más, en un momento en que Bolivia registra déficit fiscal, y los recursos no llegan fácilmente al erario nacional, como en 2013, y por ello al parecer el Gobierno intenta hacer ajustes al sistema tributario.
«En este momento nuestro país está con déficit fiscal», y el Gobierno estaría haciendo ajustes al sistema tributario, reflexionó el economista y docente de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), Ernesto Bernal.
La presión tributaria es catalogada en nuestro país como una de las más altas, agregó a tiempo de indicar que las imposiciones que vienen desarrollando las entidades estatales en temas impositivos, de cierta manera afecta al dinamismo de la inversión.
«Es conveniente que ese tema sea bien analizado en este momento», sugirió y lamentó que el Gobierno esté aplicando medidas de política tributaria con la intención de recaudar fondos, debido al déficit fiscal que viene arrastrando.
Al parecer el Gobierno no tiene alternativa ante el aumento del déficit fiscal, que para este año está fijado en 8,5 % respecto al PIB, que podría subir por el incremento de recursos destinados a los subsidios.
En este momento, la única medida es realizar ajustes, pero esta acción va en desmedro de la gente que aporta, así como de las empresas, al erario nacional.
Presión
Para el economista, Dario Monasterio la presión tributaria no solo es cuantitativa, sino también cualitativa, sumado a la discrecionalidad fuerte del Estado para el cobro de impuestos, a través de las entidades encargadas de esta tarea, la situación se complica para los emprendimientos formales.
Las horas que se gastan en declarar y pagar impuestos es muy moroso, y esto tiene un costo para los emprendimientos y las personas. El Banco Mundial ya lo percibió en su informe Doing Business, en facilidad de hacer negocios en un país.
En el caso cuantitativo la presión es muy alta, mientras que en el cualitativo la situación también es complicada, por los muchos impuestos, sobre impuestos y muchas normas no claras en cuanto al pago de impuestos, observó.
Ese panorama adverso afecta al emprendedurísmo, y empuja a la iniciativa empresarial al lado informal, cuya situación incide en las recaudaciones estatales, porque se reduce el número de contribuyentes.
“Situación complicada, se reduce el nivel de contribuyentes», dijo a tiempo de indicar que la presión es fuerte, y afecta a las empresas y trabajadores que operan en la formalidad, apuntó Monasterio.
Explicó que la producción industrial es tecnificada, y se requiere personal calificado, en el sector formal, y por ello el trabajador tiene condiciones sociales de acuerdo a la ley, pero en la informalidad no tienen garantía ni seguridad social.
Vecinos
En países vecinos como Argentina y Perú, el sector privado recibe el apoyo del Estado mediante una serie de incentivos fiscales que incrementan la inversión, producción y generación de empleo; sin embargo, en Bolivia se sigue una ruta fiscal diferente de desincentivo a la inversión, manifiesta la Cámara de Industrias de La Paz.
Bolivia es el país con mayor aumento en la imposición tributaria a la renta, utilidades y ganancias de capital de América Latina y el Caribe en los últimos años, de acuerdo al informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado «Actualización de la presión fiscal equivalente en América Latina y el Caribe», recordaron los industriales en 2018.
Baja presión
En 2019, la autoridad de Impuestos detalló que si solo se toman en cuenta los impuestos que cobra el SIN, la presión tributaria llega a 12,4 % con relación al PIB, porcentaje que de ninguna manera representaría un freno para la expansión de las actividades económicas en el país.
Recordó que estudios como el del Banco Mundial consideran en el cálculo de la presión tributaria factores como pago de contribuciones sociales (seguro social, salud), tasas, patentes, pago de tributos nacionales, los aportes a la seguridad social como un impuesto para determinar la presión tributaria.
La presión tributaria en total llega en Bolivia al 17,7 % «afirmó Cazón»; mientras que en Sudamérica el promedio llega a 17,3 %; con países como Brasil, donde llega al 22,9 %; en Venezuela, al 21 %; en Uruguay, al 20,9 %; en Trinidad y Tobago, a 19,1 %; en Chile, al 17,9 %; por lo que nuestro país estaría en el promedio», según una publicación de la entidad tributaria.
Funcionarios
públicos
Por otra parte, de acuerdo a medios de prensa nacional, el número de funcionarios públicos se elevó a más de 500 mil, con un crecimiento promedio de 10 % anual.
La situación no cambia con las nuevas aperturas de supermercados de Emapa y también con la reciente creación de la Empresa Agropecuaria Bolivia, que arrancó con un presupuesto de 140 millones de bolivianos.
En el 2019, el Presupuesto General del Estado (PGE) alcanzó los 214.724 millones de bolivianos, de los cuales el 18,6 % fue reservado para cubrir el pago de los sueldos de los trabajadores del sector público, según página siete.