El presidente Luis Arce anunció que uno de sus proyectos más importantes para el país es la producción de diésel de palma africana para sustituir la importación que se consume en territorio nacional.
“Estamos emprendiendo con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, con las empresas de petróleo y con el Ministerio de Desarrollo Rural la producción de palma africana que tenemos, en este momento, en varias regiones. Esa palma genera un aceite que sirve como materia prima para la producción de un diésel ecológico, de un diésel que no es un hidrocarburo sino que es producto de la naturaleza, de la producción agropecuaria; y es un combustible, si ustedes quieren, renovable. Ya vamos a dejar de importar (diésel)”, aseguró Arce el pasado sábado en Radio San Gabriel.
Mientras tanto, las noticias que vienen de países que experimentaron con esta palma, aseguran que la misma provoca infertilidad de los suelos tropicales, y demoran 25 años para volver a ser fértiles, nuevamente.
La expansión del cultivo de palma africana de aceite (Elaeis guineensis) está generando un enorme impacto ambiental a nivel mundial, muy agudizado en países del Sudeste Asiático y América Latina donde estas plantaciones están substituyendo en un 40 % a los bosques tropicales y en un 32 % a los pastos naturales y las áreas de cultivo de grano básico, asegura la página virtual https://www.uab.cat, en junio de 2017.
Así se desprende de una investigación realizada por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) que establece que, en países como Guatemala, la expansión de la palma aceitera ha aumentado en un 600 % en la última década. Los científicos alertan que este tipo de cultivos genera consecuencias devastadoras en los suelos, transformando grandes hectáreas de tierras en infértiles y, en algunos casos, inutilizables.
En 2003, la Unión Europea impulsó el uso de biocombustibles para acercar la movilidad hacia energías más sostenibles y menos contaminantes, pero en realidad el aceite de palma estaría teniendo un impacto significativamente peor al esperado, según los datos que se recogen en el estudio Globiom elaborado por Transport & Environment, publicado por el medio digital https://www.motorpasion.com/, en marzo de 2019.