En septiembre pasado, el Banco Mundial alertó el riesgo de una recesión mundial en 2023 y una de las característcas es el alza simultánea de las tasas de interés.
Cuando los bancos centrales de todo el mundo aumentan simultáneamente las tasas de interés para responder a la inflación, el mundo podría estar avanzando poco a poco hacia una recesión mundial en 2023 y una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo que les podrían causar daños duraderos, según un nuevo estudio integral del Banco Mundial.
Los inversionistas esperan que los bancos centrales aumenten las tasas de política monetaria mundiales hasta casi un 4 % de aquí a 2023, una cifra que representa un aumento de más de 2 puntos porcentuales por sobre el promedio de 2021, señala la entidad internacional.
En el estudio se plantea que, a menos que las disrupciones en el suministro y las presiones del mercado laboral disminuyan, esos aumentos de las tasas de interés podrían dejar la tasa de inflación básica mundial (sin incluir la energía) en alrededor del 5 % en 2023, casi el doble del promedio quinquenal antes de la pandemia.
Para reducir la inflación mundial a una tasa coherente con sus objetivos, es probable que los bancos centrales deban aumentar las tasas de interés en 2 puntos porcentuales adicionales, según el modelo del informe. Si esto estuviera acompañado de tensiones de los mercados financieros, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial se reduciría al 0,5 % en 2023, una contracción de 0,4 % en términos per cápita que cumpliría con la definición técnica de una recesión global.
“El crecimiento mundial se está desacelerando de manera abrupta, y es probable que se produzca una mayor desaceleración a medida que más países entren en recesión. Me preocupa profundamente que estas tendencias persistan, con consecuencias duraderas que son devastadoras para las personas en los mercados emergentes y las economías en desarrollo”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.
Bolivia repuntó en el comercio internacional, al registrar una blanca positiva, pero esta situación obedeció a la invasión de Rusia a Ucrania, que elevó los precios de las mat5erias primas, y Bolivia se benefició con la venta de minerales a un valor alto, pero no corrió la misma suerte el gas, pues la caída de la producción obligó a las autoridades a suscribir adendas con la correspondiente reducción de los envíos.
Medios internacionales indicaron que Europa, China y Estados Unidos están ingresando en una recesión, la demanda de productos puede disminuir y nuevamente la actividad comercial puede desacelerarse.
El conflicto bélico afectó la provisión de gas en Europa, la producción también disminuyó; mientras China sigue combatiendo la pandemia, las restricciones que aplica bajan su nivel de actividad económica.
Mientras tanto, el Gobierno de Bolivia, a través de su ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, luego del Encuentro de Economistas, dijo que las ponencias muestran una situación delicada de la economía mundial, por el incremento de las tasas de interés de los bancos centrales, se avecina una recesión económica en países de ingresos altos, en 2023.