Leo Messi y Diego Maradona son comparados cada día y, sin embargo, no coinciden nunca aunque no necesariamente se eviten, viajan por separado, como si fueran dos líneas paralelas, jugadores de épocas distintas al fin y al cabo, unidos por Argentina y por el Barça. El capitán azulgrana va por detrás del técnico de Gimnasia y Esgrima, y este martes pisará por vez primera el estadio San Paolo, el templo de Maradona, en un duelo curiosamente también inédito en la Liga de Campeones. La suerte del Barça en las eliminatorias queda a expensas exclusivamente de los goles de Messi en campo contrario; tres en diez rondas más un cuarto en propia puerta de Shaw en Old Trafford. El reto de este martes, por tanto, no es sencillo para un equipo falto de recursos, sin sus dos laterales titulares —Sergi Roberto y Jordi Alba—, ni delantero centro —Luis Suárez está lesionado—, reducida la expedición a 13 fichas profesionales más la del portero Neto.
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