Cada año el Presupuesto General del Estado destina recursos para la inversión pública, para la presente gestión la cifra alcanza a 5.015 millones de dólares, pero la ejecución no llegará al 100% de su ejecución, pues la misma será parcial, por ende reducirá el déficit fiscal, un camino fácil y corto, de acuerdo a economistas.
El presupuesto destinado a la inversión pública para esta gestión pasa los 5.000 millones de dólares, para el 2023 se destina 4.006 millones, menor en 1.000 millones, de acuerdo al informe presentado por el viceministro de Inversión Pública y Financiamiento Externo, Marcelo Laura Guarachi.
Según el Viceministro de Inversión Pública para el sector productivo se le asigna un 42,5%, a infraestructura 29,9%, al área social 17,2% y al resto de sectores 10,5%, sin embargo, no informó sobre el porcentaje de ejecución a la fecha.
En reiteradas oportunidades, los economistas señalaron que no se llega a ejecutar la inversión pública programada en los presupuestos de principios de año, que por lo general alcanza a menos de 80% y en algunos casos no paso del 60%.
De acuerdo a datos oficiales en 2021 la inversión pública pasó los 2.600 millones de dólares, de un presupuesto asignado de 4 .011 millones, con mayor incidencia en el sector productivo, seguido de infraestructura, social y multisectorial.
La autoridad indicó que espera que los recursos de las entidades territoriales autónomas (ETA) acompañen en el proceso de inversión pública, para ello ha implementado varios programas y constituido fondos para agilizar la ejecución de obras.
Por ejemplo, el Fondo Concursable de Inversión Pública Productiva beneficio a 52 proyectos en más de 42 municipios a nivel nacional, con un presupuesto de 400 millones de bolivianos, esperan que entre 2023-2024 se pueda culminar con el presupuesto asignado de 1.500 millones.
Mencionó la creación del Fideicomiso de Reactivación de la Inversión Pública (Farid) con 2.000 millones de bolivianos, destinado a proyectos de contra parte municipales y departamentales, además, se ha comprometido casi la totalidad de los recursos.
También se puso en marcha el Programa Nacional Emergencia para la Generación de Empleo, hace poco terminó la recepción de proyectos, que pasaron los 1.000, informó.
Además, señaló que en la presente gestión se consolidan proyectos de pre inversión para su ejecución en 2023, en diferentes áreas.
Uno de los más importantes tiene que ver con la producción de diésel renovable, en donde participan varios ministerios, busca reducir la importación del combustible, que cada año e incrementa, pues Bolivia nunca fue autosuficiente.
Mientras para el 2023 la inversión bajó a 4.006 millones de dólares, menor en 1.000 millones en 2022.
Análisis
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, recordó que si analizamos el PDES 2021-2025 y sus metas, la tarea será muy difícil, al menos en inversión pública.
«El 2020 tuvo un nivel muy bajo en esa gestión, apenas de 1.784 millones de dólares, que sin dudas fue principalmente por la paralización casi total de la inversión estatal, pero también por decisiones incorrectas en esa área por parte del gobierno central», añadió.
La meta de la inversión pública, 2021-2025, alcanza a 33.197 millones de dólares, sin dudas una muy ambiciosa, pero será difícil de lograr si se toma en cuenta que la inversión presupuestada para el 2021 fue de 4.011 millones, pero no se ejecutó ni el 70%, la meta para este 2022 es de 5.015 millones, pero su ejecución igualmente será parcial, sobre todo porque los recursos y fuentes de financiamiento externos e internas han decaído en los últimos años, reflexionó Romero.
A la fecha, de esa macro meta, solo se alcanzó una ejecución real del 19%, por falta de recursos, incertidumbre en la economía y una presión por el déficit fiscal. Entonces, en 3 años será que gastamos o invertimos el saldo?, preguntó.
Para el economista, menor inversión pública, menor gasto público, por ende, menor déficit público y la meta para este año, 5.015 millones de dólares, con los datos obtenidos no se llega a las metas de inversión, en términos de ejecución.
«Es el camino más corto y fácil, pero obviamente eso evita un mayor crecimiento económico, ya que la inversión pública es un motor principal de un modelo económico basado en el gasto público», apuntó.