La mora en el sistema financiero va en aumento, el 2021 terminó en 1,6 % y a septiembre de 2022 llegó a 2,2 %. El dato es menor al promedio de la región debido a los diferimientos y a las reprogramaciones, sin embargo el paro y el cerco empujan a los microempresarios a plantear medidas nuevamente, pues no están en condiciones para cumplir con sus obligaciones crediticias.
De acuerdo a la Autoridad de Fiscalización del Sistema Financiero (ASFI), el 2005 la mora fue de 10,1 %; en 2006 bajó a 7,7 %; en 2007 a 5,1 %; en 2008 a 3,7 %; en 2009 a 3,1 %; en 2010 2,1 %. El promedio de la región a septiembre está en 2,8 %.
También la información de ASFI muestra que la cobertura (previsiones/cartera en mora), bajó en comparación a septiembre de 2021, de 203 % a 150 % en similar período de la presente gestión.
La mora en cifras alcanza a 4.565 millones de bolivianos al 30 de septiembre, la banca concentra la mayor cifra, seguida de las cooperativas de ahorro y crédito y en tercer lugar están las Instituciones Financieras de Desarrollo (IFD).
La cartera de créditos a la fecha analizada alcanza a 218.404 millones de bolivianos. La banca tiene el mayor porcentaje, seguidas de las cooperativas, luego están las entidades financieras de vivienda y al último las IFDs.
El mayor porcentaje de financiamiento lo reciben las microempresas 30 %, seguido del sector de vivienda, el empresarial se ubica en tercer lugar con 22,4 %, PyMEs con 12,3 % y consumo con 9,7 %.
Los economistas en su momento comentaron, que la mora no creció debido a las reprogramaciones y al diferimiento, que se aplicó en 2020 y parte del 2021.
Ahora, nuevamente los conflictos sociales ponen en la mesa reprogramaciones de créditos. Los pequeños y microempresarios ya solicitaron la aplicación de esta medida ante la falta de actividad económica.
ASFI
Ante ese panorama, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero informó ayer que instruyó a las Entidades de Intermediación Financiera (EIF), atender y analizar las solicitudes de reprogramación de créditos a aquellos prestatarios de sectores que hubieran sido afectados en su actividad económica por la coyuntura actual que vive el país.
Esta instrucción fue emitida por esta Autoridad de Supervisión mediante Carta Circular ASFI/DNP/CC-13514/2022 de 11 de noviembre de 2022, la cual señala que la EIF deben realizar una evaluación individual de la situación y afectación particular de cada caso, considerando la nueva capacidad de pago y perspectivas futuras del nivel de ingresos a ser percibidos por el deudor.
Esa Carta Circular señala también que la atención a las solicitudes de reprogramación pueden contemplar la inclusión de periodos de gracia y otros aspectos necesarios que faciliten las condiciones, así como mejorar la accesibilidad a soluciones ajustadas a las características del crédito y la situación particular de cada prestatario, debiendo tomar en cuenta, además.
El Ente Regulador indicó también que la reprogramación bajo estos términos no implica el cambio de calificación del deudor a una categoría de mayor riesgo de forma automática ni el cambio de su estado.