Washington. – El Banco Mundial (BM), advierte a tres años del inicio de la pandemia por el covid-19, que la corrupción no consiste únicamente en el desperdicio de recursos. Es la causa del deterioro de la infraestructura, la destrucción ambiental, el abuso de poder y la exclusión, además del debilitamiento de la confianza.
“Después de casi tres años del inicio de la pandemia del Covid-19, y el aumento de las tensiones internacionales, abordar la corrupción sigue siendo esencial para que el Grupo Banco Mundial cumpla su misión de aliviar la pobreza y reducir la desigualdad”, sostienen el director Global, Práctica Mundial sobre Gobernanza del BM, Arturo Herrera y el especialista principal en buen gobierno, Jim Anderson.
Aunque se han producido algunos avances en la lucha contra la corrupción, estos han sido demasiado lentos, según los expertos, por lo que es necesario hacer más y mejor.
El BM plantea tres áreas de labor contra la corrupción que pueden generar grandes beneficios para la sociedad: la participación, la transparencia y los datos.
En el área de la participación se reconoce el papel esencial de los ciudadanos y la sociedad civil en la configuración de las políticas y en la lucha contra la corrupción.
“Trabajamos para permitir que la sociedad civil desempeñe esta importante función de diversas maneras. A través de la Alianza Global para la Auditoría Social, junto con nuestros asociados respaldamos 50 proyectos sobre iniciativas de responsabilidad social en 34 países”, citan.
Estas iniciativas apoyan la labor de las organizaciones de la sociedad civil para fortalecer la rendición de cuentas en sectores como la salud, la educación, la protección social y el agua, y en cuestiones como la gestión de las finanzas públicas y la fragilidad, los conflictos y la violencia.
En cuanto a la transparencia, se establece que el acceso a la información es un derecho humano fundamental, y también uno que puede ser notablemente eficaz para controlar la corrupción.
La transparencia en la información básica sobre el Gobierno, como datos del presupuesto y de la deuda, es esencial. “Puede promover la rendición de cuentas y empoderar a los ciudadanos. Estos deben saber si sus impuestos se están malgastando o si su futuro se está poniendo en riesgo sin su conocimiento. El Grupo Banco Mundial respalda el acceso a la información a través de reformas de políticas, el desarrollo de capacidad y la tecnología”, destacan los especialistas.
“Creemos que el uso de evidencias y datos es clave para sustentar nuestra labor, y esto es esencial para la lucha contra la corrupción. El Banco Mundial apoya las innovaciones en el ámbito del GovTech en sus países asociados para fortalecer la opinión de las personas y su participación en la vida pública”, señalan por personeros.
El BM apoya a los Gobiernos a aumentar la disponibilidad de información para sus ciudadanos a través de innovaciones y herramientas digitales. Además, nos esforzamos para utilizar las enormes cantidades de datos, los cuales, están cada vez más a disposición del público.
INSTITUCIONES MÁS FUERTES
Los especialistas afirman que el BM ha puesto sus esfuerzos para contar con instituciones más fuertes y un respeto fundamental del Estado de derecho.
“El trato igualitario ante la ley es un valor democrático, y en nuestros programas respaldamos este objetivo de muchas maneras, ayudando a los países a fortalecer sus instituciones judiciales y promover la rendición de cuentas. La corrupción, que puede abarcar desde el soborno hasta la captura del Estado y el nepotismo tiene un efecto”, señala el análisis.
El BM apoya los mecanismos de rendición de cuentas en el sector público y la competencia abierta, así como las políticas que reducen el daño causado por la captura del Estado.
“También brindamos apoyo a más de 70 países para que fortalezcan las entidades fiscalizadoras superiores, los organismos anticorrupción y los órganos encargados de la aplicación de la ley con el fin de mejorar la supervisión. Ayudamos a los países a garantizar que quienes cometan actos de corrupción rindan cuentas y que se restituyan los activos públicos robados y se reparen los daños que hayan causado.
Lo hacemos a través de nuestra alianza con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC): la Iniciativa para la Recuperación de Activos Robados (StAR).
Asimismo, una recopilación de datos reciente de la Iniciativa StAR revela que se han congelado o confiscado cerca de $us 10.000 millones en fondos, producto de la corrupción o que fueron devueltos a un país afectado por este problema. Si bien esto representa solo una pequeña parte de lo que se sustrae, da motivos para un optimismo prudente: la recuperación de activos a nivel internacional es factible; ya no es tan raro como antes. (Brújula Digital).