El sector industrial se mantendrá en emergencia de aprobarse la medida de alícuotas al Impuesto a los Consumos Específicos (ICE), a través del proyecto de ley que modifica el PGE-2022; sin embargo, el viceministro de Política Tributaria, Jhonny Morales, desmintió tal propósito. Asimismo, para la Fundación Milenio hay una carga impositiva considerablemente elevada.
La Cámara Nacional de Industrias (CNI) considera que de aprobarse la medida de alícuotas al Impuesto a los Consumos Específicos (ICE), a través del proyecto de ley que modifica el PGE-2022, tendrá un efecto multiplicador en toda la cadena logística a nivel nacional: La producción industrial, los productores, transporte, almacenaje, los comerciantes formales y miles de familias bolivianas.
“La aprobación de la medida representa una inminente subida de los precios en todos los productos afectados por el Impuesto a los Consumos Específicos (ICE), afectando a la economía de las familias bolivianas”, indica en el punto tres del comunicado.
Las industrias bolivianas no podrán resistir un eventual incremento en las alícuotas del ICE por lo que muchas de ellas se verán obligadas a cerrar sus unidades de producción, aseguran los industriales del país.
Consideran también que la situación se traducirá en el aumento del desempleo a nivel nacional y en la caída de la generación y la calidad del empleo formal en Bolivia, además que habrá un incremento al contrabando aumentando de gran manera el impacto negativo que esta genera en los industriales bolivianos.
Por último, en el comunicado solicitaron una reunión con el ministro de Economía y Finanzas, Marcelo Montenegro, para demostrarle el impacto que tendrá esta medida en el sector productivo boliviano, si esta es aprobada.
NO HABRA INCREMENTO
Por otro lado, el viceministro de Política Tributaria, Jhonny Morales, reiteró que no se incrementarán las alícuotas del Impuesto a los Consumos Específicos (ICE) de las bebidas alcohólicas y no alcohólicas de producción nacional, por el contrario, dijo que se pretende proteger y potenciar la industria nacional.
La autoridad gubernamental realizó esta aclaración ante la inquietud de la Cámara Nacional de Industrias (CNI) que se declaró en emergencia ante el supuesto incremento de las alícuotas del ICE.
“Nosotros no estamos asumiendo ninguna medida de incremento en el tema del Impuesto al Consumo Específico para las bebidas alcohólicas y no alcohólicas, esta no es ninguna medida que vaya en detrimento de nuestra industria nacional”, enfatizó el Viceministro en conferencia de prensa.
El Proyecto de Ley 354/2021-2022, de “Modificaciones al PGE – gestión 2022”, plantea modificar el Parágrafo II del Anexo al Artículo 79 de la Ley N° 843 para establecer rangos para el ICE; sin embargo, no se determina un aumento a las tasas impositivas de la industria de bebidas.
“No se está incrementando ninguna alícuota, nosotros necesitamos asumir medidas de política fiscal activa, como Gobierno, de protección a la industria nacional, por eso las bandas nos van a permitir tener la facilidad para poder asumir una medida de protección a la industria nacional”, sostuvo Morales.
Asimismo, se refirió a las medidas que impulsa el Gobierno para fortalecer la producción nacional como la exención tributaria a la importación de bienes de capital y plantas industriales, cuya vigencia se amplía por un año más, según lo establece el Proyecto de Ley de Modificaciones al PGE.
CARGA IMPOSITIVA
ELEVADA
Al respecto, la Fundación Milenio sostiene que el ICE tiene dos alícuotas: una específica, con un importe fijo en bolivianos por cada litro; y otra, que es un porcentaje sobre el valor del producto. Combinadas ambas alícuotas dan como resultado una carga impositiva considerablemente elevada, que se suele justificar con el argumento de que es la manera de desincentivar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y, por lo tanto, de cuidar la salud de las personas.
Pero no es el único efecto de esta política, puesto que también hay consecuencias para la recaudación fiscal. De hecho, lo que se puede comprobar fácilmente es que alícuotas altas incentivan el contrabando y, en consecuencia, generan menor recaudación fiscal.
Esto se entiende mejor, examinando el caso específico de la cerveza, una bebida de consumo masivo. La situación actual es que por cada litro se tiene una alícuota fija de Bs 3.93, y una porcentual del 1%, lo que representa una carga efectiva del 66,38% sobre el valor del producto.
MENOR COMPETITIVIDAD
DE LA INDUSTRIA
CERVECERA
Otro de los problemas radica en que las alícuotas del ICE se hallan indexadas a la UFV, resultando de ello un incremento anual superior a la tasa de inflación. Esto es evidente si se mira la evolución de la alícuota específica de la cerveza, que ha sido elevada de Bs 3.62 en 2017 a Bs 3.93 en 2021. El resultado, como ya se dijo, es una carga impositiva de 66.38%; un nivel superior a los niveles vigentes en otros países de la región.
Por las razones señaladas, la industria cervecera nacional acusa una pérdida de competitividad frente a la producción extranjera, cuyo consumo en el país ha crecido, favorecida también por el tipo de cambio y el dólar barato en Bolivia. No sorprende, entonces, que la importación de cerveza se hubiese incrementado notablemente, lo mismo que el contrabando de este producto.
Y no solo eso. También hay un efecto perverso para la salud de los consumidores. En efecto, el incremento del precio de la cerveza boliviana es un estímulo al consumo de bebidas con mayor grado alcohólico (y mayor daño al organismo humano), pero cuya oferta prolifera en el mercado acicateada por el contrabando.
MENOR
RECAUDACIÓN FISCAL
Desde un enfoque de fiscalidad amplio, se debe poner atención a los efectos contraproducentes de la imposición de alícuotas o gravámenes elevados, incluso en términos de la recaudación fiscal.
Bolivia aplica actualmente una tasa excesivamente alta a las bebidas, sin embargo, ello no ha redundado en más recaudación tributaria. Este resultado paradójico ilustra muy bien el hecho de que impuestos altos no necesariamente significan mayores recaudaciones. Incluso a menudo sucede lo contrario, puesto que de inmediato surge el incentivo para el contrabando, la evasión impositiva y una mayor informalidad.
Son cuestiones en las que deberían meditar las autoridades de gobierno.
CORREGIR LOS
INCENTIVOS PERVERSOS
Hay que recordar que el ICE ha sido concebido para atenuar la regresividad de los impuestos al consumo, gravando con mayores alícuotas el consumo tanto de bienes suntuarios como de otros productos con externalidades negativas, como son las bebidas alcohólicas.
Pues bien, para cumplir dichos objetivos, y para poder corregir simultáneamente los incentivos perversos al contrabando, en lugar de aumentar las alícuotas del ICE a las bebidas, sería más razonable pensar en cambiar la composición de las alícuotas específicas y porcentuales, bajo dos premisas: (i) Aplicar una sola alícuota porcentual de 50% a todas las bebidas alcohólicas; (ii) Graduar la alícuota específica de Bs por Litro, con los siguientes valores.