El presidente Luis Arce destacó la inflación baja que registra el país, de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (IPC), mientras economistas señalan que el dato estadístico no refleja la realidad, debido a que el costo de vida subió, variable que se puede comprobar en los mercados, ya que las familias ven reducido su poder adquisitivo.
En su discurso de ayer, el Presidente Luis Arce dijo que a pesar de la crisis internacional sin precedentes que afecta a todo el mundo, Bolivia tiene la tasa de inflación más baja de la región, con un porcentaje del 3,1% registrado en la gestión pasada.
Las políticas económicas de nuestro Gobierno se han dirigido básicamente a mantener el poder adquisitivo del boliviano y precautelar el bienestar de las familias.
Sin embargo, el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, dijo que la cifra de 3,12% es relativa, debido a que no se mantiene el poder adquisitivo, por tal motivo, el año pasado los precios de los productos subieron.
Señaló que hasta los productos del contrabando incrementaron sus precios. “En 2022 con 100 bolivianos se podía comprar 6 productos, pero ahora sólo alcanza para 4”, agregó.
Entretanto, para el economista Gabriel Espinoza el dato de la inflación está distorsiono, ya que obedece a tres factores: el contrabando, la subvención, que baja artificialmente el valor de algunos productos, entre ellos la energía y los servicios públicos y el control de precios.
“Esto es más declarativo que efectivo, ya que las familias en los mercados enfrentan precios más altos, y el gobierno sigue encerrado en el Índice de Precios al Consumidor”, señaló.
Sostiene que el Presidente hace uso antojadizo de las cifras, pero reconoce cambios en el contexto internacional, algo que se le venía reclamando desde principios de 2021 y que negó hasta ahora.
Ese hecho debería traducirse en nuevas medidas o diferentes a las aplicadas hasta ahora, en un contexto económico diferente se debería traducir en políticas públicas, reflexionó a tiempo de indicar que se esperaría que el ala renovadora del MAS tome nuevas medidas.
Señaló que el discurso del Presidente no fue tal cual como esperábamos todos, fue un discurso de inventario, en el que se indica las medidas asumidas.
Comercio
Por otra parte, Arce destacó los resultados en materia de comercio exterior, e indicó que “sólo hasta noviembre de 2022, nuestras exportaciones marcaron una cifra de 12.617 millones de dólares, más del 25% en comparación al total de la gestión 2021, alcanzando niveles récord en el historial de exportaciones nacionales. Es así que se ha mantenido el superávit comercial en el país con más de 760 millones de dólares, positivo esta vez para nuestro país”.
Para Romero si bien las cifras reflejan un superávit comercial, con un récord en exportaciones también en importaciones, el Presidente no mencionó los últimos 4 meses deficitarios de 960 millones de dólares.
En la cifra global los datos muestran un superávit comercial de 761 millones de dólares. Las importaciones crecieron por la compra de combustibles, que subió en 126%, debido a que creció el déficit energético, señaló.
Crecimiento
Mientras tanto, Espinoza resaltó el dato del crecimiento del Presidente, que posiblemente este cercana al 4%, una tasa baja para un país todavía en recuperación a diferencia de las naciones de la región, que han superado el nivel en 2019.
Bolivia sigue debajo del 2019. El presidente ve las cifras macroeconómicas, pero no mira la realidad económica, y menos a nivel sectorial, pues los datos desagregados muestran un panorama diferente.
“Cuando desagregamos por sectores, la minería y la industria tuvieron buenos precios en exportación, lo mismo pasa con hidrocarburo, aunque la producción se ha desplomado, y resto de los sectores, que no dependen de los precios internacionales, están en una situación complicada”, apuntó.
Reservas
Por otra parte, en su discurso, el Presidente no hizo referencia a las Reservas Internacionales Netas, que están debajo de los 4.000 millones de dólares, y sólo 19% son divisas, asimismo si bien el modelo económico del Gobierno se basa en el gasto, bajó el presupuesto de la inversión pública en 20%, de 5.015 millones de dólares en 2022 a 4.006 millones para este año. Nuevamente apunta al endeudamiento interno y externo, según Romero.
Por otra parte, Arce reiteró que se intensificará la política de sustitución de importaciones, aunque Espinoza lo calificó como anacrónica, debido a que es sumamente demandante de divisas.