Lamentó que año tras año el debate sobre el incremento salarial se realiza únicamente entre la Central Obrera Boliviana (COB) y el Ejecutivo, sin tomar en cuenta a quienes generan las fuentes de empleo.
“Las negociaciones se deben realizar entre los representantes genuinos de los trabajadores y aquellos generadores de empleos, que son los emprendedores y empresarios”, enfatizó.
Las demandas puede que sean justas, pero la realidad es que cada una de estas medidas empujan al vacío a los productores, especialmente a los pequeños”, destacó.
La semana pasada los industriales plantearon que se debería implementar una política salarial de largo plazo, y dejar de hacerlo cada año, ya que sólo genera incertidumbre sobre el aparato productivo.
Asimismo, aseguró que la evaluación para el incremento salarial deben realizarse sobre dos componentes, pérdida de poder adquisitivos y crecimiento en la productividad, de estos el primero se cumple, pero el segundo en ningún rubro, o en muy pocos, del sistema productiva. “La producción de granos comparado con los países de Sudamérica es una de las peores en trigo, maíz y otros, esto se traslada a la cadena pecuaria y al sector industrial, y así al resto de la cadena afectando al consumidor final”, remarcó.
Específicamente en el caso de los productores agropecuarios, manifestó que a los temas económicos, se le suman climas desfavorables, contrabando, bloqueos, escasez de insumos básicos (maíz), falta de tecnología y biotecnología, y freno a las exportaciones, entre otras, lo que genera un escenario muy poco propicio para plantear mejoras salariales, señaló.
En la misma línea dijo que el incremento salarial beneficia a un sector muy reducido de la población, debido a que casi el 70% del comercio del país se encuentra en un marco no formal.
“Las negociaciones deben realizarse en función a referencias válidas, ya que, además de considerar el costo de vida, es preciso tomar en cuenta la productividad y el crecimiento en cada rubro. La discriminación al sector privado debe terminar”, concluyó.