Mientras el Gobierno va por el biodiésel en Santa Cruz con el propósito de reducir la importación de este carburante, una iniciativa privada de La Paz para convertir al departamento en uno de los mayores productores, no recibió buena acogida de parte de las autoridades, y tuvo que migrar a Paraguay. La cifra de la compra de combustibles pasa los 2.000 millones de dólares y hasta fin de año se espera que alcance una cifra mucho mayor.
De acuerdo a datos estadísticos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las importaciones de combustibles y lubricantes alcanzaron entre enero a agosto de 2021 a 1.042,9 millones de dólares, pero en similar período de la presente gestión la cifra se elevó a 2.778,2 millones, un incremento del 166 %.
Entretanto las exportaciones de gas natural en el período analizado en 2021 alcanzó 1.473,1 millones de dólares, y en similar etapa en la presente gestión la cifra alcanzó a 2.037,3 millones, lo que significaba un saldo comercial negativo, con las importaciones.
Además, el gobierno informó que en el período de enero a agosto de este año, la balanza comercial asociada a hidrocarburos registró un superávit de 142,62 millones de dólares, de acuerdo a un informe de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.
Las cifras de la balanza comercial registran un monto de 2.483,70 millones de dólares por las exportaciones de gas natural, gas licuado de petróleo (GLP) y urea (fertilizante derivado del gas), mientras que la importación de combustibles (diésel y gasolina) registró un valor de 2.341,08 millones, señala una nota de prensa de la petrolera.
Esa comparación fue criticada por el economista y docente de la Universidad Católica Boliviana, ya que no consideraba a la urea como materia prima, sino elaborada.
Bolivia no es productor nato de líquidos, por lo que tiene que importar combustibles para el parque automotor, así como para la agroindustria, y lo vende a precio subvencionado, que provoca un déficit.
Hasta el punto de que YPFB estaría haciendo uso del presupuesto de redes de gas, ya que el precio internacional del petróleo en el mercado internacional se elevó considerablemente, y Bolivia no puede aprovechar como lo hizo en 2013, cuando envió mayores volúmenes de gas a los mercados vecinos.
Pero encarece el combustible importado, ya que compra a precios internacionales.
El libro titulado «La política hidrocarburífera en crisis: Una tormenta perfecta», del expresidente de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos (CBH), Carlos Delius, muestra que los precios del petróleo en el mercado mundial alcanzaron su pico más alto en 2013 con un valor de 97,99 dólares el barril, pero al racha ya venía desde el 2011 hasta el 2014.
En la presente gestión los datos de los medios internacionales muestra que la cifra habría pasado los 100 dólares, pero que ahora estaría retornando a sus valores normales.
Resultados
La evaluación sobre los resultados de la exploración, en el documento Agenda de Reactivación Hidrocarburífera de Bolivia, se presenta algunas cifras y conclusiones que no son del todo claras. Se indica que en el período 2010-2019 se perforaron 143 pozos exploratorios de los cuales solo 14 fueron productivos, señala el experto en su libro.
“Se tiene que preguntar qué es lo que ha pasado con la exploración, pues las proyecciones no se han cumplido. YPFB deja claro el panorama cuando indica en la página 77, lo siguiente: «De igual manera, si analizamos el comportamiento de nuestras reservas, se puede evidenciar que, considerando el potencial hidrocarburífero de cada descubrimiento, estos no fueron lo suficiente para concretar una adecuada reposición de reservas (…)”, detalla Delius parte del informe oficial.
Asegura que la savia vital, la sangre de este negocio, es la exploración, y en esta asignación el fracaso (o éxito relativo como llamarían algunos) es innegable. El enfoque del sector nunca debió ser otro.
Mientras tanto, el consultor privado en hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, en su bloq titulado «Gas natural, diésel oíl y los desquites», señala que expertos le comentaron que Bolivia tiene petróleo, «por tanto, el problema no es uno del tipo técnico, es decir, de cómo extraer este petróleo. El problema, según mi perspectiva, son las reglas de juego. Un sistema tributario incompatible con los elevados costos de producción, subsidios en el mercado interno, reglas poco claras para la adjudicación de áreas para la exploración, demora en la aprobación de los contratos de exploración y explotación, entre otros. Mientras estas reglas del juego persistan, será muy difícil levantar la actividad exploratoria en el país».
«Nuevamente problemas con la capacidad de producción de gas natural impiden que podamos vender todo el gas que Brasil y Argentina precisan. En simple, para dar a unos debemos quitar a otros. Si hubiéramos hecho nuestra tarea exploratoria no estaríamos sufriendo en esta época de desquites. Sería estupendo poder vender el gas que necesitan ambos países, a los precios altos de hoy en día y tener, además, gas natural para nuestro mercado interno. Pero la realidad es otra. Quizás (..)», reflexiona el experto.
Alternativa
Ante ese panorama negativo, se presentó alternativas para reducir la dependencia del diésel importado, y uno de ellos es la impulsada por el gobierno con la planta de biodiesel, que estará ubicada en Santa Cruz, y que tendrá un financiamiento de más de 300 millones de dólares.
La iniciativa busca usar tecnología para producir el combustible a partir de vegetales, la misma ya fue criticada por sectores ecológicos.
Entretanto, en La Paz, en febrero, el empresario Xavier Iturralde presentó un proyecto la instalación de plantas recicladoras de llantas, plásticos y aceites de movilidades para la producción del combustible, dicha propuesta reduciría el presupuesto de la importación, y generaría recursos para el Estado, así como para los municipios.
El director de Bolivian Industrial Technology (BIT), Xavier Iturralde, relató, en esa oportunidad, que desde hace varios años lleva adelante iniciativas empresariales en el ámbito del reciclaje y otros rubros, con el objetivo de aportar al desarrollo de la economía del departamento de La Paz.
Hace unos años atrás conoció a un emprendedor que estaba trabajando en el tema de los hidrocarburos, y luego empezaron a desarrollar la iniciativa de las plantas en base a la propuesta del profesional.
Planta
Iturralde dijo que el proyecto de las plantas ya lo tienen a diseño final, y ya se envió el proyecto a las autoridades del sector de hidrocarburos, y la iniciativa busca convertir a La Paz en productor de diésel, y abastecer al mercado nacional, con un producto mejor que el que se importa.
Los análisis y las pruebas ya se realizaron, y los resultados mostraron un producto de calidad, mejor al que se importa, con menos contaminación y que mejora el rendimiento de los motores.
Costos
Explicaba que el diésel obtenido cuesta menos al importado, y las plantas se instalarán en el departamento de La Paz, y en El Alto estará la mayoría, pero también será el centro de operaciones, ya que en este municipio se fabricará el 85 %, de toda la maquinaría que se requiere, es decir tendrá sello boliviano, y el resto se importará.
Cada planta tiene un costo de 12 millones de dólares, y las 25 tendrán una inversión de 300 millones, pero en retribución la facturación puede alcanzar a 1.000 millones al año, y el país ahorraría similar cifra.
Sin embargo, en agosto se conoció que la iniciativa de Iturralde fue aceptado en Paraguay, donde aterrizó, y La Paz perdió su oportunidad de ser productor y proveedor.
Iturralde aterrizó en Paraguay, y la aprobación para su emprendimiento sólo tardó un mes, mientras en el país pasó un año y todavía no hay buenas noticias.
Sostuvo que el emprendimiento era complementario a los que tiene el gobierno, como los biocombustibles, pero la obtención de diésel a partir de llantas en desuso, no sólo generaría fuentes de trabajo, sino que ayudaría al medio ambiente.
Por otro lado, YPFB anunció el inicio de operaciones exploratorias tras la aprobación de contratos en la Asamblea, en el marco del Plan del Upstream, la cual prevé atraer hasta 500 millones de dólares.
DATOS
El costo de 12 plantas recicladoras de llantas y plásticos, cada a 12 millones de dólares, representaría un total de 300 millones.
Mientras el proyecto del gobierno con el biodiesel demandaría una inversión de 387,5 millones de dólares, a partir de la Jatropha, el Totaí, el Cusi, entre otros.