Son varias las comunidades que están siendo involucradas por el factor económico en la actividad minera ilegal de unas 11 cooperativas, que se dedican a la explotación de oro en diferentes regiones del Parque Nacional y Área de Manejo Integrado Madidi, informó el guardaparque boliviano, José Luis Jhoward.
Con más de 25 años de trabajo y actualmente Jefe de Protección del área protegida que posee una gran biodiversidad en una superficie aproximada de 1,8 millones de hectáreas, lamentó que, “los cooperativistas los hayan convencido (a los comunarios) que formen parte de la actividad minera y que por ahora defiendan a los mineros”.
Se conoce que desde hace algunos años (cerca de 10) y ahora de manera más intensa, las cooperativas mineras que se formaron al interior del Madidi explotan oro con el uso de dragas y con el dañino mercurio que contamina las corrientes de los ríos, afectando con riesgos irreversibles a la salud de las comunidades y a las especies de flora y fauna.
En Bolivia se incumple el Convenio de Minamata al no elaborarse los reportes sobre emisiones de mercurio al medioambiente que puedan ayudar a definir sitios vulnerables y generar políticas de control de la contaminación. El Convenio fue suscrito en 2013 junto a otros 140 países, por tratarse de una problemática mundial que ocasiona daños en la salud de los sistemas vivos y consecuentemente en el ser humano.
Jhoward informó que el 2014 ingresó de forma legal bastante maquinaria que fue contratada por algunos municipios para los trabajos en los caminos, “pero lastimosamente no volvieron a salir y se quedaron en la región, ahora es empleada para la minería y explotación del oro”.
Reconoció que hay gente, como en la población de Apolo que está poniendo algo de resistencia frente a la minería, pero son los pueblos indígenas los que realmente apoyan a los guardaparques y se paran fuertemente para defender la biodiversidad del Madidi.
MUCHO ORO
“Lo malo es que se está encontrando oro en todas partes, en la mayoría de los ríos del Madidi está apareciendo el oro, esto no es bueno porque enciende la ambición de los cooperativistas”, reveló Jhoward.
Según la agencia internacional France 24, el fondo del problema es la “fiebre del oro” que vive esa región debido a los precios del mineral precioso al punto de que se ha convertido en el principal producto exportado en 2021 por Bolivia con un valor de 2.557 millones de dólares, por encima de la venta de los hidrocarburos.
Los ecologistas coinciden que la minería despoja de lo esencial para la vida como su territorio, sus ríos, bosques, suelos, alimento y envenena con mercurio a las actuales generaciones de hombres, mujeres y niños. Se está condenando a una desaparición silenciosa.
La minería -legal o ilegal- empobrece a las comunidades indígenas, social, cultural, moral, espiritual y materialmente, al dividirlas desde sus familias, al convertirlas en mendigos de migajas de la minería en su propio territorio, al colonizarlas con ofertas de riqueza rápida, incluso a costa de su propia vida y últimamente forzarles a convertirse en mineros para proteger su territorio e inducirles a su autodestrucción, así el Estado se deslinda de sus responsabilidades.
El Jefe de Protección del Parque Nacional y Área de Manejo Integrado Madidi, detalló que actualmente se encuentran 13 cooperativas mineras, dos de ellas están como empresas legalmente establecidas que cumplieron con la licencia ambiental, pero de las restantes 11 cooperativas solo algunas tienen sus papeles legales, mientras que otras “no tienen nada legal y solo cuentan con el apoyo de la gente local”.
MERCURIO MORTAL
Jhoward mencionó un estudio científico realizado a las mujeres de la etnia Esse Ejja reveló que tenían mercurio en elevadas proporciones y más de lo establecido, esto debido a que se trata de un grupo que vive del pescado de los ríos que ya se encuentra contaminado.
Algunos estudios científicos revelan que las actividades relacionadas con la extracción de minerales ferrosos y no ferrosos, la explotación de cal, la producción de cemento, la industria minera aurífera y la recuperación artesanal del oro, son contaminantes del medioambiente en el país, por la liberación de uno de los métales más tóxicos del planeta.
Un contaminante que proviene del propio mercurio es el metilmercurio que es 10 veces más tóxico que el metal. Su transformación se produce por la actividad de bacterias que originan la metilación y demitilación.
El Convenio de Minamata, lleva el nombre de una ciudad de Japón, donde hace más de 50 años se produjo uno de los mayores desastres industriales con cerca de 900 muertos y más de dos mil afectados. Las personas del lugar mostraron extraños síntomas como falta de coordinación y sensibilidad en manos y piernas, pérdidas de visión y audición y, en casos extremos, parálisis e incluso muerte. Después de 12 años se descubrió que una empresa química vertió de forma oculta grandes cantidades de mercurio a una bahía cercana.
Para el Guardaparque del Madidi, es fundamental entender que como seres humanos debemos conservar nuestras especies naturales para el futuro y el presente. “De eso depende la seguridad alimentaria, la salud, la medicina, en si depende la naturaleza, las personas somos parte de ella y no la estamos entendiendo, tenemos que conservarla”, agregó. (Edwin Conde Villarreal – CienciaBolivia)
Un convenio
busca conservar la biodiversidad
El paisaje Madidi fue seleccionado como uno de los primeros cuatro paisajes piloto beneficiados con un fondo de 15 millones de dólares debido a su relevancia biológica a nivel mundial. Contiene ecosistemas íntegros en el noroeste de los Andes y Amazonía bolivianos, que incluye bosques y sabanas inundables de la llanura amazónica, bosques montanos, sabanas de montaña y vegetación altoandina.
La pasada semana el Servicio Nacional de Áreas Protegidas y Wildlife Conservation Society (WCS), firmaron el Convenio de Cooperación Interinstitucional de Financiamiento para la ejecución del Programa Paisaje Madidi que será financiado por el fondo Legacy Landscapes Fund (Fondo de Paisajes Patrimonio, LLF, por sus siglas en inglés), establecido por el Gobierno de Alemania, a través del Banco de Desarrollo KfW.
El principal objetivo del programa es conservar la biodiversidad y mejorar los medios de vida locales a través de una gestión sólida y resiliente en el Paisaje Madidi. Este propósito responde a los objetivos de creación del área protegida de Madidi: preservar los ecosistemas prístinos, la biodiversidad, las cuencas hidrográficas, la cultura, los sitios arqueológicos; mejorar los medios de vida locales; promover las prácticas de gestión ancestral, el ecoturismo, la educación ambiental y la investigación científica.
Incluye verificaciones de la huella humana en las áreas protegidas, utilizando información de teledetección de la cobertura forestal y los incendios, así como información del monitoreo de Madidi, Pilón Lajas y Apolobamba. También se evaluará la conectividad a nivel de paisaje a través de una evaluación de la distribución y abundancia del jaguar, el tapir, el chancho de tropa, la londra, el oso andino y el cóndor.
Para la directora ejecutiva de la WCS en Bolivia, Lilian Painter, el Madidi es el área protegida de mayor biodiversidad del planeta, y una de las más conocidas en términos de relevamiento de biodiversidad gracias a la iniciativa de Identidad Madidi que desarrolló la WCS en alianza con las primeras instituciones de investigación del país.
“Este fondo busca generar un modelo de conservación con una fuerte base de respeto a los derechos humanos y de respeto a los derechos de los pueblos indígenas en alianza con las ONGs de perfil técnico, autoridades de las áreas protegidas y los pueblos indígenas y comunidades a través de una nueva iniciativa de financiamiento a largo plazo”, agregó.
Indicó que hasta el momento en el Madidi se han identificado 5.535 especies de plantas, 1.633 especies y subespecies de mariposas, 1.830 especies de vertebrados y se espera llegar a dos mil. Además en el Madidi se conserva el 40 por ciento de todas las plantas del país, el 41 por ciento de las mariposas y el 50 por ciento de los vertebrados y el 70 por ciento de las aves de Bolivia.
Se encuentra el 10 por ciento de todas las aves del planeta, por lo que su importancia como sitio para su conservación es indiscutible. (CienciaBolivia)