La economía nacional cierra con cifras poco alentadoras, pues el superávit comercial que resaltan las autoridades nacionales, cayó en los últimos meses y pasó a negativa, con un aumento de las importaciones más que las exportaciones, debido a la compra de combustibles. El gobierno anunció que reducirá la subvención mediante el biodiesel y la refinación de crudo, que activará el 2023, pero también deberá aumentar la producción de gas, ya que los mercados observan a Bolivia poco confiable en la provisión.
«Mucho se habló de nuestros superávits comerciales, pero poco de la otra cara de la moneda. Según datos oficiales, estos 3 últimos meses, agosto a octubre, tuvimos un saldo comercial negativo de 713 millones de dólares», señala el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
Según el boletín COMEX del Instituto Nacional de Estadística (INE), si comparamos el período de enero a octubre de 2022 con el 2021, las exportaciones crecieron en un 29%, pero nuestras importaciones un 44%.
Con respecto a la reducción del desempleo, que el Gobierno asegura se logró, los economistas señalan que se destruyeron empleos formales, por tanto, la gente tuvo que ingresar al sector informal, a sobrevivir en las calles con la venta de artículos variados.
La tasa de ocupación subió, de acuerdo a datos oficiales. Las autoridades del sector económico indicaron que crecieron las fuentes de empleo en varios sectores. Sin embargo, el aumento del comercio informal toma las calles y avenidas de todas las ciudades del país.
Oficial
«En un escenario internacional adverso, marcado por los efectos de la pandemia del covid 19, la guerra entre Rusia y Ucrania, además de una elevada inflación, gracias a las políticas económicas soberanas implementadas por el Banco Central de Bolivia (BCB), el país culmina la gestión 2022 con indicadores macroeconómicos que muestran la recuperación de la senda del crecimiento, con una previsión cercana del 4% para el crecimiento económico», según un comunicado del ente emisor.
Para el BCB, las reservas se mantuvieron estables a lo largo del año, asimismo, ahora llegaron a 4.000 millones de dólares, luego de que estuvo por debajo de esta cifra casi toda la gestión y las divisas no pasan del 30%.
Al respecto, según el BCB, tenemos un valor en RIN de 4.000 millones de dólares, un 62% en oro y apenas un 26% en divisas, estas últimas, durante este año, han caído en un 33%; por eso es muy importante buscar mecanismos que permitan una mayor entrada que salida de divisas, señala Romero.
En ese sentido, el manejo de nuestra deuda pública es clave, con una deuda externa de 13.120,6 millones de dólares y una interna elevada, ambos sumados superan ampliamente el 50% del Producto Interno Bruto (PIB).
Análisis
Un estudio breve, comparando ambos períodos, se puede observar que la actividad económica que más creció en exportación fue «agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca con un 92,7%, en cambio la categoría económica que más se incrementó en importaciones fue «combustibles y lubricantes» en 139,7%, señala el análisis de Romero.
«Como se observa, los gastos en importaciones crecieron más, por efecto «precios o costos», sobre todo en carburantes, lo cual puede traer un mayor déficit fiscal y fuga de divisas en nuestras RIN», agrega.
En estas últimas semanas, salieron proyecciones respecto al crecimiento económico para este próximo 2023, organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y el Banco Mundial indicaron que Bolivia no tendrá un crecimiento superior al 3,2%.
Sin embargo, el Gobierno es más optimista, ya que en el PGE 2023, estableció una meta del 4,86% de crecimiento del PIB; inclusive el mandatario del país dijo hace muy poco que nuestra economía es la 2da con inflación más baja del mundo y la envidia de muchos países.
«Si bien es cierto que, de acuerdo con las proyecciones de las entidades anteriormente citadas, seremos la 3ra economía en crecimiento del PIB este próximo 2023 en América del Sur, creo que debemos ser cautos y realistas, ya que, si trasladamos estos porcentajes a números absolutos, estas proyecciones cambian de sentido; Brasil, será el que menos crecerá, supuestamente sin superar el 1%, sin embargo, si comparamos su PIB de 1.608.080 de dólares con el nuestro de 47.703 millones, aunque crezca tan poco, con esa proyección le basta y le sobra para superarnos ampliamente», sostiene Romero.
Economistas como Ernesto Bernal, Gabriel Espinoza y Darío Monasterio, coincidieron, por separado, que nuevamente la economía enfrenta una desaceleración, los datos así lo muestras, de tener un rebote estadístico de 6,1% en 2021, el 2022 cerraría con menos del 4%, de acuerdo a los organismos internacionales la cifra cae a 3% para el 2023.
Los organismos internacionales sostienen que Bolivia va a crecer menos el 2023 en comparación con este 2022, denotando una recesión o desaceleración económica; inclusive se observa que será muy difícil llegar al 5,1% proyectado para este año, debido a la recuperación parcial post pandemia, crisis mundial por la guerra rusa ucraniana y conflictos internos en el país, señala el economista.
Según datos del INE, este 1er semestre tuvimos una variación acumulada del PIB del 4,13%, donde la actividad que más creció fue «transporte y almacenamiento» (10,45%) y la que menos fue «petróleo y gas natural» (-9,81%); sin embargo, se observa un crecimiento económico «no homogéneo» favorecido por los precios internacionales de materias primas y alimentos, añade.
Inflación
Los indicadores desvelan que en una coyuntura internacional marcada por presiones inflacionarias a nivel global, la inflación acumulada a noviembre fue de 3,0%, dentro del rango previsto por el Ente Emisor.
De esta manera, la inflación nacional marcó la tasa más baja en América del Sur y una de las más bajas en el mundo. Este aspecto, fue reconocido por diferentes organismos internacionales, calificadoras de riesgo país y revistas internacionales especializadas en el ámbito económico, señala el comunicado del BCB.
Ahora, si bien es cierto que tenemos una de las tasas de inflación acumulada en este año más bajas del mundo y la más baja de Sudamérica, no es cierto que seamos la segunda a nivel internacional, primero esta Palestina (0,3%), Egipto (1%), Bielorrusia (1,5%), Panamá (1,9%), China (2%), Maldivas (2,9%), Arabia Saudita (2,9%) y recién está Bolivia (3%).
Lo real es que este año estaremos cerca de las proyecciones gubernamentales del 3,3%, y que el 2023 habrá un mayor proceso inflacionario a nivel mundial, del cual no seremos ajenos, por esta razón se proyectó la cifra del 3,57%, alerta el economista.
2023
Romero señala que en un contexto nacional e internacional adverso, se debe manejar de manera salomónica el gasto público, controlar el déficit fiscal pero no a costa de un menor crecimiento económico y de empleo, reduciendo la inversión pública, en un 20% como se presupuestó para este 2023.
«La adecuada administración de nuestros recursos y la correcta aplicación de políticas económicas oportunas, serán factores claves para la estabilidad integral de nuestra economía nacional como también del nivel de vida de sus habitantes», apunta.
Entretanto, el comunicado del BCB señala que de acuerdo a las previsiones de variables macroeconómicas del Presupuesto General del Estado, para la próxima gestión se prevé una tasa de crecimiento de la economía boliviana del 4,86% y una tasa de inflación del 3,57%.
En ese contexto, el BCB proyecta que el 2023 sea el año en el que se consolide la reactivación económica, una Bolivia con empleos, que reduce la pobreza, un país con una economía fortalecida y estable que mejora la calidad de vida de sus habitantes.
Oportunidades
Asimismo, el experto en inversiones y finanzas públicas, Mauricio Ríos, señala que el 2023, el entorno internacional trae oportunidades que, seguramente, Bolivia no será capaz de aprovechar.
«A pesar de que la coyuntura durante 2022 ha favorecido enormemente a los países típicamente exportadores de materias primas, y en particular de hidrocarburos, este escenario no es en absoluto favorable para el modelo económico impuesto en Bolivia desde 2006», asegura.
Para ríos la cantidad de pretextos que se ha planteado ante un crecimiento mucho menor al previsto es muy grande.
«Se ha acusado a la pandemia del Covid-19 y los encierros, a la invasión de Putin sobre Ucrania o al proceso de incremento de tasas de los principales bancos centrales del mundo para tratar de controlar la inflación, pero lo cierto es que Bolivia arrastra serios problemas en todo ámbito desde mucho antes que todo esto sucediera», apunta.
Ahora mismo, 2023 parece ser el año en que el precio del barril de petróleo volverá a dispararse debido fundamentalmente a la reapertura aparente de la economía China. En cambio, para Bolivia la situación es muy distinta. Por un lado, el principal sector de la economía se encuentra bajo control estatal y en franca decadencia.
Finalmente, el Gobierno busca lidiar con ese contexto adverso mediante la importación de petróleo y la producción de biodiésel, así como el aumento del uso de etanol en la gasolina.