Las proyecciones de los organismos internacionales no son nada halagadoras para las economías desarrolladas, pues vaticinan una recesión, que afectará al comercio mundial y a la demanda de productos, el gobierno boliviano asegura que la compra de alimentos y energía continuará a pesar de este contexto adverso, asimismo, los créditos a los sectores productivos mantendrán la compra interna.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) la pasada semana indicó que hay posibilidades de que la economía mundial sea afectada por la recesión que se registraría en Estados Unidos, Europa y China, afectando, de esta manera, el crecimiento mundial.
Explicó que las medidas aplicadas por las economías avanzadas para frenar la inflación frenó el crecimiento, pero también espera que los precios se estabilicen en la presente gestión en niveles aceptables.
Ante ese panorama adverso el comercio mundial podría ralentizarse, además, la demanda de productos podría sufrir una contracción, que afectaría a la compra de materias primas u otros bienes.
Bolivia cerró el 2022 con exportaciones significativas. A noviembre pasaron los 12.600 millones de dólares, los exportadores en su evaluación de fin de gestión proyectaron cerrar con alrededor de los 13.000 millones.
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro y el presidente a.i. del Banco Central de Bolivia (BCB), Edwin Rojas Ulo, suscribieron ayer el Programa Fiscal Financiero 2023 (PFF-2023), que establece como objetivos un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de alrededor del 4,86%, una inflación de fin de período en torno al 3,3% y un déficit fiscal de aproximadamente -7,5% del PIB.
Ante la pregunta sobre los anuncios de desaceleración de la economía mundial y el importante resultado que obtuvo Bolivia en exportaciones por el alza de las materias primas, el ministro de Economía dijo que se debería analizar primero que parte de la demanda externa va a caer.
Consideró que la demanda de alimentos y energéticos continuará, también estima que cayeran los bienes de capital o la compra de automóviles, no obstante, realizarán un monitoreo permanente del escenario internacional.
“El Mundo tiende a seguir alimentándose”, señaló, además, reiteró que la demanda de alimentos y energía continuarán.
Bolivia registró cifras importantes en la venta de minerales, que representaron más del 50% de las exportaciones, seguido del gas natural, pero los productos no tradicionales jugaron un rol importante, pues en su momento superaron a las ventas del energético.
Créditos
Entretanto, el presidente del BCB complementó las declaraciones de Montenegro, al indicar que prevén que el sistema financiera será un elemento que coadyuvará para impulsar la demanda interna.
“Pensamos que la actividad productiva de las unidades económicas grandes, medianas y pequeñas del área urbana rural del país, van a tener recursos suficientes para encarar cualquier shock externo y por supuesto mantener el ritmo de crecimiento para la presente gestión”, apuntó.
La autoridad del sector económico dijo que el programa fiscal priorizará al sector productivo, la agricultura, el biodiésel y la sustitución de importaciones, que este año presentará algunos resultados.
Sin embargo, el año pasado, el gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, dijo que la libre exportación junto a la anulación de las restricciones a los productos agrícolas y cárnicos, dejarían importantes divisas en el país, con la misión de crecer a más del 5% se debería apoyar al sector agropecuario para aprovechar la demanda de alimentos.
También la autoridad dijo que buscan un ahorro de 100 millones de dólares con la puesta en marcha de la planta Fame, de biodiésel para cubrir el mercado local y reducir la importación de este combustible.
Adelantó que en octubre de la presente gestión la Empresa Siderúrgica de El Mutún (ESM) producirá sus primaras láminas de acero, reiterando que el sector productivo será el privilegiado porque será clave para dinamizar la economía, así como la inversión pública y la demanda externa.
Programa
Desde el 2006 se suscribe anualmente el Programa Fiscal-Financiero entre el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP) y el Banco Central de Bolivia (BCB), con la finalidad de coordinar los objetivos de política fiscal, monetaria y cambiaria; las cuales deben enfocarse a fomentar el desarrollo económico y social, preservando la estabilidad macroeconómica, con el fin de mejorar la calidad de vida y el vivir bien de la población, señala una nota de prensa del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
Por su parte, una nota del BCB, señala que la política monetaria continuará apuntalando el poder adquisitivo interno de la moneda para contribuir al desarrollo económico y social del país, implementando diversas medidas orientadas a mantener niveles adecuados de liquidez contribuyendo a preservar el nivel de inflación.
“De la misma forma, la política cambiaria seguirá centrada en mantener el tipo de cambio, reforzar el proceso de control de la inflación y resguardar la bolivianización de la economía nacional”, asegura la nota.
En efecto, el PFF-2023 prevé que la política cambiaria seguirá orientada a preservar el tipo de cambio del boliviano respecto del dólar estadounidense, reforzar el proceso de estabilización de la inflación y resguardar la bolivianización de la economía nacional, apunta.
Subvenciones
Asimismo, el Ministro de Economía dijo el Programa Fiscal Financiero es compatible con el Presupuesto General del Estado (PGE), en donde se contempla el margen de subvención.
Los recursos que manejará el gobierno para la subvención de combustibles y alimentos oscilará entre 900 a 1.000 millones de dólares, el año pasado la cifra estaba en 1.500 millones debido a la alza del crudo en el mercado internacional.
La autoridad espera un precio moderado del petróleo y que bajen los costos de la compra de gasolina y diésel, para reducir los gastos.