«Soy hija de productores de café en la colonia Alto Esperanza de Caranavi (La Paz), donde tenemos una reducida (superficie del cultivo). Hace seis años emprendimos el negocio con la Cafetería Typica, con el propósito de impulsar el consumo interno y (para que) sepan que hay un café de origen de excelente calidad en Bolivia», dijo Chávez, propietaria de la Cafetería Typica.
Asegura que quién lo produce conoce el trabajo que hay detrás de una taza de exquisito café boliviano. «Sabe sus características del cultivo, del cuidado de las plagas y lo que significa su cosecha. La variedad de los cafés hechos con manos bolivianas para bolivianos, la cadena productiva que conlleva», describió.
Barista
La incursión de los jóvenes en el cultivo y como baristas (profesionales especializados en café) iba en aumento, pero debido a la pandemia se redujo en los últimos años. Muchos de ellos lograron especializarse y buscaban ser la imagen de un café de origen, a partir del conocimiento de la cadena productiva del producto.
A pesar de ese contexto tan adversó, Chávez explicó el proceso por el que tuvo que pasar para logar la apertura de la cafetería.
«Abrir la cafetería fue difícil, porque muchas veces no se valora el proceso que tiene por detrás el cultivo del café hasta que llega a la mesa. Ahora contamos con 3 sucursales en La Paz, también estamos en Cochabamba, Santa Cruz, Sucre y próximamente en Tarija; deseamos que la población conozca que tenemos un producto de calidad en Bolivia», afirmó la entrevistada.
Lo contradictorio de ser un país exportador de café es que muchos desconocen que variedad del producto se consume a diario y peor aún como degustarlo de la mejor manera. Incluso algunos productores no tenía la maquinaria necesaria para procesarlo y consumirlo. Para que puedan ofertarlo a mejor precio y sin intermediarios.
Por otra parte, la producción de café en los diferentes departamentos sirvió como inspiración al escritor Hugo Molina, que con su conocimiento de los municipios del país, pudo narrar como un producto que es cultivado de casi todos los departamentos, con excepción de Oruro, se constituye en el puente ideal para que la juventud deje de migrar a la ciudad y retorne al área rural.