Las redes sociales estallaron tras la anulación de cuentas falsas del gobierno del MAS, lo que dio lugar que las opiniones se vuelquen en contra de la actual administración de Estado, pues el déficit fiscal continúa y se debe al gasto corriente en los “guerreros digitales” e inversiones ineficientes, mientras el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, mediante un comunicado, señala que el porcentaje para este año es menor, así como el gasto corriente.
PResupuesto 2023
Medios de prensa difundieron información sobre el presupuesto del 2023, como el año en que se marcará un récord en gasto corriente, ya que la cifra pasa los 144 mil millones de bolivianos.
Los últimos 10 años, el déficit fiscal se mantuvo, aunque con porcentajes variables, pero en promedio oscila entre 7% a 8% con respecto al Producto Interno Bruto (PIB), y ahora las proyecciones del gobierno para la presente gestión significarían la necesidad de 3.400 millones de dólares para tapar el “hueco”
El economista Darío Monasterio, en el programa Sin Compostura de Carlos Valverde, dijo que esa cifra se requiere para tapar el hueco, pero no lo va a lograr, ya que desde hace nueve años viene arrastrando un déficit programado.
Esa situación muestra que el modelo económico está agotado, y no puede seguir gastando dinero que no tiene. Ahora tocar aumentar ingresos y reducir gastos, que implica la reducción de los funcionarios públicos, así como recortes a las organizaciones sociales.
Y para ello se debe cambiar el modelo, y fomentar las exportaciones, atraer inversiones privadas nacionales y extranjeras, y que la propuesta de la actual administración basada en ingresos de la venta de recursos naturales no renovables, hidrocarburos y minería, se agotó, en especial el gas.
La caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN) fue producto de la mala administración de gobierno, así como la caída de la producción de gas, opinó y sugiere que se puede aumentar la oferta energética a través de la inversión nacional e internacional privada.
También está aumentar la base tributaria, y no sólo pocas y grandes empresas paguen impuestos, y facilitar la formalización de los emprendimientos, sin muchas trabas burocráticas, reflexionó.
También se debe bajar el gasto publico corriente del Gobierno, disminuir los supernumerarios, ahorrar en construcciones faraónicas, así como reducir los viajes.
Hace unos días, se informó que Meta desactivo o 1.600 cuentas falsas que utilizaban para atacar a opositores, y se habría gastado 1,1 millones de dólares en publicidad en Facebook e instagram.
Las críticas no se dejaron de esperar, y ahora piden que se deba investigar de dónde salieron los equipos, el pago de sueldos a los guerreros digitales y los más de un millón de dólares para pagar publicidad de las cuentas falsas.
Ya los internautas relacionaron esos gastos con el déficit fiscal, que para esta gestión está programado en 7,5%, un poco más de lo registrado en 2022, que fue de 7,2%.
Monasterio sostuvo que la reducción del gasto provocará traumas sociales, por ejemplo en el caso de los combustibles que está subvencionado, pero es vital la reducción de los supernumerarios y gastos suntuosos del gobierno.
Mientras en las redes sociales, el economista Antonio Saravia opinó que los más de 530 mil funcionarios consumen por día 19 millones de bolivianos por día.
Entretanto, el economista Ronald Maclean lamentó que no se dé opción al sector privado, mientras el Banco Central de Bolivia está sin plata, y el gobierno no deja competir, por lo tanto no se puede fomentar la instalación de industrias tecnológicas modernas.
Uno de los propósitos debe ser acabar con la dictadura e instaurar la democracia verdadera y volver a un sistema judicial justo, reflexionó.
Déficit
Mientras tanto, una nota de prensa del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas señala el Presupuesto General del Estado (PGE) 2023 proyecta una inversión pública de 4.006 millones de dólares, un incremento en la recaudación tributaria del 5,43%, sin considerar el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y una reducción del déficit fiscal.
Asegura que con el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), el déficit fiscal bajó de -12,7% que estaba en 2020, a -9,3% en 2021 y llegó a -7,2% en 2022. Estas reducciones son resultado del compromiso de mantener la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de las finanzas públicas, una señal de certidumbre para la población boliviana.
Sin embargo, la mala racha por la falta de liquidez se refleja en la reducción de la inversión privada, de 5.015 millones de dólares en 2022 a 4.006 millones en 2023.
Para el 2023, el PGE proyecta un incremento en la recaudación tributaria del 5,43%, sin considerar el IDH, este incremento significa también mayores transferencias a los Gobiernos Autónomos Departamentales (incluye al Gobierno Autónomo Regional del Gran Chaco) y Municipales (incluye Gobiernos Autónomos Indígena Originario Campesinos), registrando aumentos del 5% y 4% respectivamente, en relación al presupuesto de la gestión 2022.
Respecto al gasto corriente, el PGE 2023 contempla un total de 47.253 millones de bolivianos para el pago de sueldos y salarios, de los cuales más del 58% son para el pago de salarios del Magisterio fiscal, Salud, Policía y Fuerzas Armadas; 17,6% salarios de Gobiernos Subnacionales y universidades públicas; 7,5% entidades de seguridad social; 6,7% empresas públicas; 2,5% del órgano ejecutivo, entre otros.