La industria no logrará superar el crecimiento registrado en 2021, pues fijan para la presente gestión un porcentaje sólo de 2,5%, debido al complejo panorama económico nacional, así como una reducción de emprendimientos industriales, de acuerdo a informe de la Cámara Nacional de Industrias (CNI).
El presidente de la Cámara Nacional de Industria (CNI), Pablo Camacho, dijo que el 2022 fue un año complejo, que influyó en la desaceleración de la actividad industrial, y por tal motivo no lograrán pasar el 16% de participación en el Producto Interno Bruto (PIB), situación que se mantiene hace 70 años.
Además, el estancamiento de los créditos bancarios a los industriales en la presente gestión, alcanzó 19,58%, menor a la que se registró en 2018; asimismo también alerta de un retroceso en la participación de las industrias respecto al total de empresas.
A marzo se observa un descenso en la participación industrial en el registro de empresas, de acuerdo a la anterior entidad que se encargaba de esta tarea, fundempresa, y ahora es el Seprec.
La participación llegó a 10,5% a marzo de la presente gestión, mientras en 2017 la cifra fue de 11,32%, a estos datos poco alentadores, se suma el cierre de industrias.
En el caso de las exportaciones, Camacho, en su informe, señaló que si bien alcanza el 50% las manufacturas, la mayoría son oro, plata, estaño, antimonio, metálicos, también se contabiliza la urea y la soya.
En caso de las importaciones, los bienes de consumo no duraderos, alimentos, bebidos, textiles y manufacturas de madera, subieron en 10%, cuyo incremento apunta a que el país gradualmente experimenta un proceso de sustitución de la producción nacional por compras legales e ilegales, reflexionó.
Ese contexto adverso afecta al hecho en Bolivia, lamentó Camacho e indicó que para el próximo año se requerirá un trabajo conjunto público-privado, para reactivar la economía y profundizar la lucha contra el comercio ilegal.
Factores
Por otra parte, el titular de la CNI identifica factores que afectaron a la actividad industrial, que incidirá en su bajo crecimiento, como la invasión de Rusia a Ucrania, el aumento de los costos de las materias primas e insumos intermedios y bienes de capital.
También nombró la crisis de los suministros en puertos chinos, así como los continuos paros y bloqueos en puertos de Arica e Iquique, Chile, que aumentan los costos de importación y exportación.
Observa un contexto poco alentador para el próximo año, y está en juego más de 30 mil industrias y más de 600 mil empleos formales.
Presupuesto
En el Presupuesto General del Estado (PGE) 2023 se reduce el crecimiento de la inversión pública, y la decisión podría afectar a la industrialización, que busca sustituir las importaciones, por ello sugirió que para este proceso será importante la participación del sector privado.
También mencionó los problemas que se pueden encarar la próxima gestión con la provisión de gas, debido a la declinación de los pozos gasíferos y la falta de descubrimientos de nuevos yacimientos.
Además anunció una posible recesión a nivel mundial, cuya situación también alertan los organismos internacionales, ante los bajos crecimientos y un alza de la inflación, en países desarrollados.
Estima una menor actividad económica de China y por ende nuevamente una crisis en el suministro de insumos y en las compras.
La economía nacional sentiría los efectos de la recesión de China y países desarrollados, que se reflejarían en una bajar de compras de materias primas.
Finalmente, Camacho dijo que si no se implementa políticas públicas y acciones contra el contrabando, el mismo se incrementará y afectará al aparato productivo y al empleo.
Estimó que el contrabando mueve 3.500 millones de dólares, y el Estado deja de percibir alrededor de 600 millones en tributos.
Los especialistas en economía observaron el PGE 2023, pues no está acorde a la realidad, y para la presente gestión estiman que el crecimiento no llegará al 4%, menor a lo proyectado por las autoridades nacionales, de 5,1%.