De acuerdo con un estudio realizado por la organización Voces del Sur, la pandemia del covid-19 agravó los ataques de los gobiernos a la libertad de expresión, lo que derivó en un escenario de desinformación, con efectos devastadores en “la capacidad” de la población para acceder a una información exacta y oportuna. Asimismo, la pandemia ha sido catastrófica para el periodismo en Bolivia, debido a que, según datos de la ANP, al menos, 13 periodistas han muerto y más de 100 quedaron infectados por la enfermedad.
La situación de la libertad de expresión, la libertad de prensa, el acceso a la información y la seguridad de los periodistas ha sido tenue en Bolivia, durante más de una década. Tras las protestas masivas y la agitación social de 2019, estas libertades fundamentales se vieron afectadas por la pandemia de covid-19 y la reanudación de la violencia política en 2020.
LIBERTAD DE
EXPRESIÓN
Las políticas de los gobiernos durante la pandemia socavaron las libertades fundamentales con el argumento de la lucha contra la desinformación. La interrupción de la vida cotidiana por la pandemia contribuyó a reducir el número total de alertas en la mayoría de los países de la región en comparación con 2019, aunque la gravedad de las violaciones aumentó. Entretanto, los periodistas se jugaron continuamente la vida para informar al público, a menudo sin el equipo de protección adecuado.
La ANP, socio de VdS, registró 117 alertas totales en 2020, un descenso del -28 % impulsado por una reducción del -88 % en las alertas relacionadas con las restricciones de acceso a la información, del -86 % en las restricciones de Internet, del -69 % en el discurso estigmatizante y del -67 % en los procesos judiciales penales y civiles.
Sin embargo, los esfuerzos por estigmatizar a los periodistas han puesto sistemáticamente en peligro su vida y su bienestar, lo que se ha traducido en un aumento del 10 % de agresiones y ataques.
Los fanáticos políticos se envalentonan para atacar a los reporteros en su trabajo, lo que queda patente en el hecho de que el 56 % de las alertas identifican a actores no estatales como los autores. Empero, algunos acontecimientos prometedores han arrojado recientemente un rayo de esperanza sobre la situación.
PANDEMIA FUE CATASTRÓFICA
La pandemia del covid-19 ha sido catastrófica para el periodismo independiente en Bolivia. ANP informa que al menos 13 periodistas han muerto y más de 100 pueden haberse infectado con la enfermedad, debido a su trabajo. Estos informes no pueden ser verificados de forma independiente y es probable que se produzca un subregistro. Además, el cese de actividades de los medios de comunicación, la interrupción de la labor informativa y la impresión han afectado a las audiencias y a los trabajadores de los medios, reporteros, camarógrafos, fotógrafos y otros han perdido su medio de sustento.
El aumento de la represión y la vigilancia obligó a los periodistas a operar en situaciones difíciles, y los gobiernos utilizaron continuamente la pandemia como excusa para promulgar leyes restrictivas en un intento de proteger sus deficiencias del escrutinio público.
IMPACTO ECONÓMICO
En este contexto, el impacto financiero ha sido severo y los medios han reducido su personal. La pandemia también ha afectado al acceso a la información fiable, dificultando la labor informativa.
La crisis económica y social que siguieron demostró aún más la precariedad de la profesión periodística, ya que miles de personas perdieron sus medios de sustento y muchas organizaciones de prensa se vieron obligadas a cerrar. Esto se debió en gran parte a la limitación de las fuentes tradicionales de ingresos, como resultado de la desaceleración económica causada por las medidas de cierre en toda la región.
Por otra parte, los funcionarios públicos han utilizado la pandemia, como excusa para justificar el incumplimiento de las normas de acceso a la información. No proporcionan la información solicitada, alegando la emergencia de salud pública, como razón para ralentizar los procedimientos, al tiempo que obstruyen la rendición de cuentas y la transparencia.