El control de la inflación hará presión sobre las Reservas Internacionales Netas (RIN), que van en caída, no pasan de los 4.000 millones de dólares, cuando en 2013 pasó los 15.000 millones. Ésta marcada tendencia también puede afectar al tipo de cambio, aunque las autoridades descartaron modificarlo.
En conferencia de prensa, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, resaltó el logro del gobierno sobre la inflación más baja de la región y a nivel internacional.
También señaló que priorizaron el mantenimiento de una inflación baja y después el crecimiento, por lo tanto, continuarán con las políticas para garantizar la estabilidad económica junto al control de los precios.
A pesar de ese discurso, las amas de casa ya experimentaron el alza de los precios de los productos alimenticios, como la carne y el pollo, también la papa y las hortalizas.
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, considera que las proyecciones inflacionarias son elevadas en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2023.
Recordó que la inflación de 3,28% para 2023, es menor a la presentada en el PGE 2022, 3,57%, al parecer fue, de cierta manera reducida y con datos oficiales del IPC acumulado del 2022, llego a 3,12%.
“Lo cierto es que el año pasado y este las proyecciones inflacionarias son más elevadas, considerando que el 2021 fue de 0,90%, obviamente en otro contexto”, agregó.
Recordó que se vive un proceso inflacionario mundial, que comenzó el 2021, pero se desaceleró, sin embargo de nuevo tomo más fuerza con la inestabilidad en los mercados internacionales por el conflicto bélico, que modificó precios y costos, en todos los niveles, afectando a los salarios, al poder adquisitivo y elevó el coste de vida de la población vulnerable de las economías en desarrollo.
“Si bien tenemos una de las tasas de inflación más bajas a nivel internacional, no hay que olvidar que es gracias a un tipo de cambio fijo, subvenciones de alimentos y carburantes, devaluaciones de países vecinos y al contrabando; inclusive hay críticas en la medición de nuestro IPC, pero ese es otro tema”, apuntó.
Lo real es que tener una inflación baja tiene un precio alto, al menos en estadística, ya que otra cosa es medir la capacidad de compra de los ingresos de los habitantes, agregó.
Como es de público conocimiento, la subvención de carburantes representa muy cara para el país, por ello se elevó el presupuesto a 7.642 millones de bolivianos, el Ministro de Economía espera que el precio del petróleo se mantenga.
Ese contexto internacional trae mayor presión a las RIN, por el descenso que experimentan desde hace años atrás, debido a que no se logra un mecanismo idóneo para que crezcan, si a esto le sumamos una mayor salida de divisas por pago de deuda externa y sobre todo por costos mayores en importaciones, la situación se complica, alerta el economista.
“(…) el tipo de cambio fijo y la “bolivianización” de nuestra economía nos protege pero a la vez nos hace vulnerables en términos macro, sobre todo por la incertidumbre a corto plazo en la economía mundial”, señaló a tiempo de indicar que la política implementada para mantener una inflación baja y un tipo de cambio fijo requiere de recursos, por lo tanto, no deben faltar divisas para mantener el equilibrio de mercado.
Sin embargo, en un contexto mundial adverso, Romero recuerda que es difícil, la tarea del gobierno es evitar una devaluación, que sería catastrófica.
Crecimiento
El pasado 6 de enero de 2023 se firmó el Programa Fiscal Financiero (PFF) entre el Ministerio de Economía y Finanzas Publicas y el Banco Central de Bolivia, en la que ratificaron un crecimiento económico (PIB) de 4,86%, una inflación anual del 3,28% y un déficit fiscal del Sector Público No Financiero (SPNF) del 7,49% respecto al PIB.
De acuerdo a Romero la meta de crecimiento económico es muy optimista, considerando que organismos internacionales como el FMI, CEPAL y Banco Mundial no dan una cifra mayor del 3,2% para este año; inclusive los mismos pronosticaron que nuestra economía el pasado 2022 iba a crecer no más del 3,8%, siendo que el gobierno nacional proyectó un 5,1% en el PGE y PFF pasado.
Asimismo, la inversión pública, con un presupuesto de 4.006 millones de dólares para 2023, un 20% menos a lo presupuestado para el 2022, de 5.015 millones, cuya ejecución se estima haya alcanzado 40%, es importante para la reactivación del mercado interno.
En 2021, el presupuesto de la inversión pública fue de 4.011 millones de dólares y la ejecución alcanzó a 65,9% según datos oficiales.
“(…)hubo metas pretenciosas, pero una ejecución “real” baja en los últimos años; entre uno de los factores principales es la falta de liquidez por parte del Estado, sobre todo en ingresos fiscales, burocracia administrativa y una planificación incompleta en los diferentes niveles de gobierno”, explicó.
Por lo tanto, existen menos posibilidades de un mayor crecimiento económico con una menor inversión pública.
El déficit fiscal se fijó en -7,49% para 2023, pero a costa de una reducción del presupuesto en inversión pública, es decir, se tomó la vía más corta pero no la más sensata para reducir el déficit público, gastando menos en inversión, señala.
En el PFF indica que “la política fiscal continuará con su rol de promover la inversión pública en los sectores productivos estratégicos a fin de fortalecer la industrialización e impulsar la actividad económica”, pero este objetivo será más difícil de cumplir si es que se destinan menos recursos y no se cumplen sus metas de ejecución.