Ante proyecciones negativas de la economía mundial en 2023, Bolivia requiere unidad para encarar la crisis que se avecina con normas y políticas de fomento para atraer inversión privada, así como para aumentar las exportaciones no tradicionales y brindar seguridad jurídica a los inversores de capital, de acuerdo a declaraciones del gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.
Rodríguez dijo que hasta hace unos meses, Bolivia deslumbraba por su crecimiento con estabilidad; el comercio exterior registraba un superávit de 825 millones de dólares hasta octubre con visos de nuevos récords hasta fin de año, el Producto Interno Bruto (PIB) crecía un 4,1% y la inflación era del 1,2% al primer semestre, pero la situación cambió.
“Lla falta de una sinergia público-privada, los bloqueos, paros, cercos y las tomas de tierras que continúan en el país, van en contra de un mejor desempeño de la economía”, señal.
Pesar del potencial económico y agrícola que tiene el país, no se aprovecha para aumentar la oferta de alimentos para el mercado nacional e internacional, la falta de un trabajo conjunto público privado, no permite avanzar.
A eso hay que sumar los avasallamientos a la propiedad privada, que se intensificaron en las últimas semanas y a la fecha los predios siguen ocupadas, y el desalojo se hace lento por las autoridades competentes.
Al respecto, Rodríguez informó que al momento, más de 200 predios productivos están avasallados, principalmente en el agro cruceño.
“Preocupa que más de 200 avasallamientos a predios productivos, principalmente en Santa Cruz -pero también en Cochabamba y Pando- pongan en zozobra a la población y a los productores del agro, habida cuenta de la violencia de los “toma tierras” contra un sector estratégico que aporta a la seguridad y soberanía alimentaria del país, al cual más bien el Estado debería dar garantías para que desarrolle su gran potencial agrícola y ganadero, con seguridad jurídica para la tierra y la inversión; libertad de exportación de excedentes, y el uso de biotecnología para una mayor productividad y competitividad (…)”, apuntó Rodríguez.
El uso de biotecnología incrementaría la producción y reduciría los efectos del cambio climático, cuya situación aumentaría la oferta alimentaria para el mercado interno y externo, y las ventas traerían divisas para el Estado y generaría empleos para los ciudadanos.
“La forma ideal de garantizar el abastecimiento del mercado interno a precios accesibles es alentando una sobreproducción, para la exportación”, señaló.
2023
Por otra parte, el Gerente del IBCE dijo que para el 2023, las perspectivas no son auspiciosas, debido a que organismos internacionales auguran bajas de los precios de las materias primas y los alimentos, además de problemas de inflación, subida de tasas de interés y recesión en gran parte del planeta.
“(…) urge que los bolivianos nos unamos para que el país crezca más, para garantizar la estabilidad -patrimonio de los bolivianos- y crear más empleos formales, dignos y sostenibles”, dijo Rodríguez e hizo votos por un trabajo público-privado en pro del país.
Señaló que el Economista Senior del FMI dijo que “lo peor está por venir”, para la economía mundial, en el 2023, por ello dijo que el comercio exterior jugará un rol preponderante para el país y se traduciría en un mayor crecimiento y generación de empleo formal, para que las RIN del BCB se fortalezcan y el tipo de cambio no suba, y, para que la inflación esté controlada.
“Es de esperar que, en vez de restricciones, haya un aliento a la exportación y que se profundice la sustitución competitiva de importaciones -p. ej.- con una mayor producción y consumo de bioetanol, y que se conceda incentivos para que sea el propio empresario privado quien produzca biodiésel; de una manera general, dar el espacio y las condiciones para que los agentes privados arriesguen e inviertan en el país, y una condición indispensable es la unidad, ya que un divorcio entre el sector público y privado lo único que hará es complicar aún más las cosas en un escenario complejo del 2023 a nivel mundial”, indicó Rodríguez.
Las exportaciones bolivianas hasta octubre crecieron 29% en valor y 3% en volumen, sumando 11.632 millones de dólares, aguardándose que logren un hito superando los casi 13.000 millones de dólares del 2014. Las Exportaciones No Tradicionales, un 30% del valor total, suman ya casi 3.500 millones de dólares, un récord histórico comparadas a gestiones completas del pasado. Las importaciones experimentaron hasta octubre una suba del 44% en valor y 11% en volumen y, también, van camino a marcar un récord histórico. Hasta octubre, el superávit comercial en bienes totaliza 825 millones de dólares.