El Gobierno asegura que los sectores van reconstruyendo su economía; sin embargo, los economistas sostienen que los datos macroeconómicos no acompañan los anuncios, como un déficit fiscal alto, falta de recursos y la incapacidad de las autoridades de acudir a recursos de la cooperación y del sector privado, mientras al mundo acecha una estanflación, recesión e inflación, para la cual Bolivia no está preparada.
Hace unas semanas atrás, las autoridades nacionales difundieron información de medios internacionales, en la que señalaban, que la economía boliviana podía resistir las consecuencias de la guerra Rusia-Ucrania, y la presión inflacionaria que provocaría el conflicto bélico.
Destacaron la baja inflación que registra el país, a comparación de los países vecinos que ya registran alzas de los precios de productos y de combustibles.
Al respecto, en una entrevista con este medio de comunicación, el economista Gabriel Espinoza, alertó que la baja inflación compromete al sector productivo, y sumado al tipo de cambio fijo, los precios de los productos que se importan de manera legal e ilegal, son bajos.
Los precios regulados no permiten trasladar el aumento del costo de la producción a los consumidores, por ello es absorbida por el Gobierno en el tema de los combustibles, y por las empresas en el caso de los productos agropecuarios, que bajan sus márgenes de ingreso.
Mientras los datos del Banco Mundial, en su último informe de perspectivas económicas mundiales, estiman un crecimiento de 3,9 % para la economía nacional, mientras el Gobierno proyecta 5,1 %, menor a lo registrado en 2021, que llegó a 6,11 %.
Además, el organismo internacional alertó que la economía global se acerca peligrosamente a una estanflación. «Estanflación, fenómeno económico en que se puede dar recesión económica, (que puede provocar) desempleo y al mismo tiempo inflación, un aumento generalizado de precios», señala el economista y docente de la Universidad Católica Boliviana, Gonzalo Chávez en su red social de Tik Tok.
En la presentación de los subsidios a los hidrocarburos, Mauricio Medinaceli explicó que la falta de oferta de producción nacional obliga a importar combustibles a precios internacionales, lo que sube la erogación por parte del Gobierno.
Mientras tanto, la caída de la producción de gas reduce la oferta a los mercados vecinos y no aprovecha los precios internacionales, a pesar de que calificaron como un juego comercial la reducción de envíos a Brasil para destinar a la Argentina a valores de 20 dólares el millón de BTU, y genera alrededor de 100 millones de dólares, Medinaceli calificó a esta acción como negativa para la imagen del país y con el principal socio comercial.
Chávez en otra explicación, en su red social, también lamentó la reducción de la producción de gas, y atribuyó al poco incentivo para las empresas internacionales, y a la nacionalización.
El economista de la Universidad Católica recordó que el Gobierno hace muchos años dijo que la economía estaba blindada, y sostuvo que en el pasado no lo estuvo, y ahora la situación es compleja debido a los datos macroeconómicos que registra la economía.
Un déficit público alto, enormes dificultades para conseguir recursos a través de tributos, y pese a que el Gobierno aún tiene capacidad de endeudamiento, no ha sido capaz de conseguir créditos de la cooperación internacional ni de los mercados privados, así lo describe los datos que pueden afectar a la economía nacional el economista en su red social.
Asegura que de cada 10 empleos ocho se producen en la economía subterránea. Como se recordará, los organismos internacionales señalan que el país tiene una economía informal de alrededor del 80 %, y el resto formal.
Además también el Banco Mundial muestra que el fantasma de la desaceleración nuevamente estará presente, al bajar las estimaciones de crecimiento para el 2023 a 2,8 % y 2,7 % para el 2024.
Pero no solo se registra la desaceleración de la economía en Bolivia, sino el fenómeno es a nivel mundial, y varios organismos internacionales recomendaron a los países dirigir el gasto al sector social.
Estabilidad
Por su parte, el Gobierno garantiza la estabilidad de precios a pesar de la crisis internacional, con las medidas aplicadas, que mantienen los valores de la canasta familiar, asimismo, las ventas facturadas de los restaurantes, boletos aéreos, se incrementaron y se redujo la pobreza extrema y moderada.
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, afirmó que el Gobierno extrema esfuerzos para garantizar la estabilidad de precios a pesar del contexto internacional adverso donde se observa elevadas tasas de inflación a escala mundial.
La estabilidad de precios de la canasta familiar fue uno de los aspectos que refleja los buenos indicadores de la economía y los resultados de las medidas implementadas por el Gobierno, mientras que los países vecinos están atravesando por elevadas tasas de inflación, señala una nota de prensa del Ministerio de Economía.
«La inflación está controlada al 0,8 %. Las exportaciones están creciendo en un 34 %, de 3.100 millones de dólares –el 2021– al mes de abril llegaron a 4.200 millones. Las importaciones también en materias primas, bienes de capital, aumentaron en un 33 % de 2.600 millones a 3.500 millones», declaró Montenegro.
«Los indicadores están mostrando que en varios sectores se está reactivando la economía. El 2021 hemos crecido al 6 % con aporte de la minería, transporte, construcción, con variaciones muy importantes, más del 20 % en algunos casos», resaltó Montenegro.
En ese marco, la autoridad gubernamental destacó el incremento de las ventas facturadas de los restaurantes y ventas de pasajes aéreos, indicadores que reflejan le reactivación de la economía.
«El valor facturado también de las ventas en restaurantes, entre abril 2021 a abril 2022, subieron en un 20 % y el valor de ventas facturado de transporte aéreo, subió en un 107 %, a abril con la gestión 2021», subrayó.