Bolivia ya dio señales de que no es fiable en la provisión de gas a mercados internacionales, como sucedió el año pasado, cuando bajó los envíos a Brasil y destinarlos a Argentina a un precio mayor.
Por ello Brasil ingresó en conversaciones con autoridades argentinas para ver la posibilidad de suministrar gas natural desde Vaca Muerta, y así asegurar la provisión.
Bolivia llegó a producir 62 millones de metros cúbicos (MMmcd) en 2013, y el siguiente año empezó la caída, hasta llegar a 42 Mmmcd en 2022, debido a los resultados negativos en la exploración de nuevos yacimientos.
El país suscribió varias adendas con los compradores para evitar multas y acordar menos envíos de volúmenes de gas natural, y también cerrar los precios.
Hace unos días, medios locales de Bolivia informaron que existe la intención de Argentina cerrar el contrato antes del 2027. El anuncio obedecería al desarrollo que se tenía en Vaca Muerta, que ya empezó a exportar crudo.
Argentina tiene la esperanza que el nuevo gasoducto en Vaca Muerta esté listo en 2023 para suplir la demanda interna del país ante la reducción por parte de Bolivia, según señala el medio digital https://www.escenariomundial.com e indica que el vecino país ha estado buscando suministros alternativos de gas tras verse duramente afectada por el aumento de los costes del gas natural licuado (GNL) vinculado a la guerra de Ucrania.
En abril, los dos países llegaron a un acuerdo para que Bolivia enviara a Argentina unos 14 millones de metros cúbicos de gas natural al día o más durante el invierno de 2022.
El portavoz del Gobierno argentino confirmó (…) que las importaciones desde Bolivia se reducirían, sin especificar cifras. Medios locales informaron que la cantidad podría caer a la mitad o menos el próximo año, señala el diario digital.
«Ofrecieron menos, pidieron más y estuvieron negociando. Ellos (Bolivia) tienen una disminución muy marcada de la producción y compromisos asumidos con Brasil y Argentina, además del crecimiento del mercado interno», agregó el portavoz.