Argentina acelera la construcción de gasoductos para la provisión de gas de Vaca Muerta, ante la eminente caída de la producción de Bolivia, asimismo, los expertos ya pusieron fin a la venta 2030, año en el cual dejará de ser exportador para convertirse en importador, sino tiene éxito en su plan de upstream, de acuerdo a un artículo del periodista David Mottura publicado en el medio digital motturad@lmneuquen.com.ar.
Como se recordará en 2013 llegó la producción de gas natural a más de 60 millones de metros cúbicos día (MMmcd) en Bolivia, y al año siguiente ya se redujo el volumen, hasta llegar a 42 MMmcd en 2022. Este volumen le permitió obtener recursos importantes por el alza del precio del petróleo, pese a que el crudo la pasada gestión se cotizó en valores altos, el Gobierno de Luis Arce no tuvo la suerte de su jefe de su partido.
Hace una semana atrás, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) presentó su plan de reactivación de exploración para aumentar la producción, así como aumentar las reservas de gas, que habrían bajado a 7 TCF, cuyo estudio se realizaría en mayo de la presente gestión.
De acuerdo al plan de reactivación del upstream son 3 proyectos en elaboración y gestión de aprobación, 3 proyectos aprobados, 16 proyectos en ejecución, 9 proyectos concluidos y 1 proyecto de fuerza mayor.
Dentro los concluidos, Sararenda habría sido negativo, es decir no comerciable, los expertos ya informaron que el resultado sería adverso, y ya las autoridades casi confirmaron el hecho, pero también hay otro más que va por el mismo camino.
Vaca Muerta
El artículo de prensa señala que para Argentina, Vaca Muerta es clave en el autoabastecimiento de gas para, potencialmente, generar un complejo exportador para la región y el mundo, a través del gas natural licuado (GNL).
La palabra clave es autoabastecimiento, dado que a los precios volátiles del GNL también se le suma la caída de la producción gasífera de Bolivia, un histórico proveedor tanto para Argentina como para Brasil, señala la nota.
Wood Mackenzie indica que el desplome boliviano tocará fondo en 2030, cuando de los 1400 millones de pies cúbicos por día de 2022 (mmcfd) pase a producir un mínimo de 400 millones (mmcfd). En las medidas que se utilizan en Argentina, sería pasar de unos 39,7 millones de metros cúbicos diarios a apenas 11,3 MMm3/d. Neuquén, con Vaca Muerta a la cabeza, alcanzó 91,6 MMm3/d de shale gas en agosto último, un récord histórico que apunta a ser una constante si termina la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, asegura el artículo.
El informe suma el análisis de Amanda Bandeira, analista de Upstream para América Latina de Wood Mackenzie. “Con pocos descubrimientos nuevos y poca oferta en campos maduros, la producción comenzará a disminuir a un ritmo mucho más rápido. Actualmente, la demanda interna consume alrededor del 30 % de la oferta total. Para 2030, es probable que la demanda interna supere esta oferta y es posible que veamos a Bolivia convertirse en un importador”, sostuvo.
El año pasado el analista de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, ya anunció que Bolivia se habría convertido en un importador de hidrocarburos, dejo de ser exportador, ante el aumento de la compra de hidrocarburos.
Aunque el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, negó esa situación en la presentación del plan de exploración para aumentar la producción y las reservas.
El medio digital menciona el Plan de Reactivación del Upstream (2021-2025), que incluía la exploración de áreas convencionales y no convencionales. La empresa estatal desembolsó 400 millones de dólares en 2022 para poner en producción recursos gasíferos, que viene en declive desde 2015, con un ligero aumento en 2021.
Todos esos esfuerzos significaron apenas tres pozos perforados de los 20 anunciados, ninguno presentó resultados exitosos. Para la consultora internacional, Bolivia necesitará un gran impulso de exploración y nuevos descubrimientos para revertir la tendencia de producción. No obstante, Bolivia es un país poco competitivo en términos fiscales en América Latina, por lo que tiene dificultades para atraer capital extranjero, señala el artículo.
Los analistas en hidrocarburos ya plantearon la elaboración de una nueva Ley de Hidrocarburos, que se acomode a la nueva constitución de 2009, en una oportunidad también anunció el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, de avanzar en el tema, pero a la fecha se mantiene la norma aprobada en 2005. En la propuesta se debería incluir los incentivos para atraer inversión extranjera.
Venta
Mientras tanto el medio argentino señala que la disminución proyectada tendrá un efecto devastador en el mercado de exportación, una marca distintiva de Bolivia. Las exportaciones a sus vecinos Brasil y Argentina juegan un papel fundamental en las arcas estatales. Las exportaciones a estos dos países representan más del 70% de las ventas totales de gas y el 20% de las exportaciones totales.
«Argentina ha ampliado su producción, reduciendo la importancia del gas boliviano, pero Brasil todavía requiere muchas importaciones», dijo Henrique Anjos, analista de gas y energía para América Latina de Wood Mackenzie. En Argentina, los yacimientos con objetivo en Vaca Muerta pueden contribuir a cambiar su rol de importador a exportador; en Brasil, el nuevo gobierno tendrá desafíos con el pre-sal y la organización de Petrobras.
«Si Bolivia no logra desarrollar una producción adicional, las exportaciones se detendrán para 2030, ya que la demanda interna supera la producción. Las energías alternativas podrían jugar un papel importante en la sustitución del desfase del gas doméstico”, explicó el referente para la región de la consultora al medio digital argentino.