Como resultado de la peor crisis de la educación y el aprendizaje de la que se tenga registro en la historia, la pobreza de aprendizajes se incrementó en un tercio en los países de ingreso bajo y mediano, donde se estima que el 70 % de los niños de 10 años no pueden comprender un texto simple, según detalla un nuevo informe.
Esa tasa era del 57 % antes de la pandemia, pero la crisis del aprendizaje se ha profundizado. La presente generación de estudiantes se arriesga a perder 21 billones de dólares (en valor actual) de ingresos potenciales a lo largo de la vida, o el equivalente al 17 % del PIB mundial de hoy en día, en comparación con los 17 billones estimados en 2021.
En el informe «The State of Global Learning Poverty: 2022 Update» (La situación de la pobreza de aprendizajes mundial: Actualización de 2022) (i), se señala que los cierres de escuelas prolongados, la escasa eficacia de las medidas de mitigación y las alteraciones en los ingresos de los hogares tuvieron el mayor impacto en la pobreza de aprendizajes en América Latina y el Caribe: el 80 % de los niños en edad de terminar la escuela primaria no pueden comprender un texto simple, cifra superior a la tasa de alrededor del 50 % registrada antes.
El Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Ministerio de Relaciones Exteriores, del Commonwealth y de Desarrollo (FCDO) del Reino Unido, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Fundación Bill y Melinda Gates, analizaron la situación de la educación.
En el informe se señala también que, incluso antes del covid-19, la crisis mundial del aprendizaje era más profunda de lo que se pensaba previamente. La tasa promedio mundial de pobreza de aprendizajes antes de la pandemia, que se estimó en 53 % para 2015, era aún mayor, ya que los datos actualizados y revisados revelaron que el 57 % de los niños de 10 años de los países de ingreso bajo y mediano no podían leer y comprender un texto simple, que es la forma de medir la pobreza de aprendizajes.
En el informe se sostiene que la pobreza de aprendizajes se ha mantenido estancada en este período en ciertas regiones, como América Latina y el Caribe y África subsahariana, para las que existen datos temporalmente comparables.
Los cierres prolongados de escuelas y las estrategias desiguales de mitigación han empeorado la falta de igualdad en el aprendizaje de los niños.
Existe cada vez más evidencia de que los niños provenientes de niveles socioeconómicos más bajos y otros grupos desfavorecidos están sufriendo mayores pérdidas de aprendizaje. Los niños con una alfabetización básica más frágil antes de los cierres de las escuelas tienen más probabilidades de haber sufrido pérdidas de aprendizaje más significativas. Si los niños no tienen habilidades fundacionales sólidas, es poco probable que adquieran las aptitudes técnicas y de nivel superior necesarias para prosperar en mercados laborales cada vez más exigentes y en sociedades cada día más complejas.